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“Puedo hacer una oración”: Nueva modalidad para escopolaminar en Guayaquil

Ciudadanos denuncian una táctica para robar usando escopolamina.

Mujer masajeando sus plantillas y su frente sintiendo un desagradable dolor de cabeza
Mujer con dolor de cabeza

Una nueva estrategia para cometer delitos con escopolamina ha encendido las alarmas en Guayaquil. Se trata de personas que se acercan con un discurso religioso, ofreciendo una “oración”, y que en realidad buscan vulnerar a la víctima para robarle.

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El comediante y creador de contenido ecuatoriano, Gino Freire, quien publicó un video en su cuenta de TikTok relatando una experiencia suya y de un conocido.

“¿Puedo hacer una oración por usted? Así me abordaron hace poco. Al bajarme de mi carro, una joven de unos veinte años se me acercó. Como estaba apurado, le dije que no. Luego escuché un audio donde alguien contaba lo mismo, pero a él sí lo escopolaminaron”, señaló Freire.

El testimonio se viralizó y generó una oleada de comentarios de usuarios que aseguran haber vivido o conocido situaciones similares. Además, en redes circulan varios testimonios de robos bajo esta modalidad.

Comentarios que alertan sobre el modus operandi

Entre las respuestas destacan experiencias como:

  • “A un amigo de mi hija sí lograron escopolaminarlo. Se le llevaron el carro y sacaron dinero del cajero. No recuerda nada”.
  • “Me pasó exactamente igual. Una muchacha jovencita. Está terrible”.
  • “En el Villa Club ya dieron la alerta. Se habla de un grupo de dos mujeres y un hombre, todos muy jóvenes, que se te acercan con la excusa de rezar”.

Este tipo de estafa genera además una afectación directa a quienes realizan labores religiosas reales. Un usuario destacó: “Las personas que usan ese tipo de método de verdad son merecedoras del repudio. A quienes afectan directamente es a los verdaderos cristianos que salen a predicar la palabra de Dios en la calle”.

Si bien organizaciones religiosas suelen acercarse a personas en espacios públicos para compartir un mensaje, esta nueva modalidad de engaño está generando miedo y desconfianza generalizada.

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El uso de escopolamina ha sido asociado en el pasado con robos en taxis, bares y hasta universidades. Ahora, se diversifica con discursos religiosos como fachada, lo que obliga a la ciudadanía a estar en alerta permanente.

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