En total ocho personas entre los 52 y 88 años resultaron heridas, algunas con quemaduras graves, tras un ataque perpetrado por un hombre que utilizó un lanzallamas casero durante una manifestación proisraelí en el centro comercial peatonal Pearl Street Mall, ubicado en el corazón de la ciudad de Boulder, en el estado de Colorado.
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El atacante, identificado como Mohamed Sabry Soliman, de 45 años y nacionalidad egipcia, irrumpió en la concentración gritando “¡Palestina libre!” antes de lanzar un artefacto incendiario sobre el grupo de manifestantes. El incidente ha sido calificado como un hecho de violencia ideológicamente motivada.

Víctimas, contexto y consecuencias inmediatas
Entre las víctimas se encuentra una mujer de 88 años, quien se encuentra en estado crítico. El resto de los afectados, están recibiendo atención médica en distintos hospitales de la zona.
El evento atacado fue convocado por la organización Run For Their Lives, un colectivo que promueve la visibilidad de los rehenes israelíes en Gaza en el marco del actual conflicto con Hamás, que ha dejado más de 53.000 muertos en el enclave palestino desde 2023.
Detención e investigación del caso
El atacante fue reducido y detenido en el lugar por la policía local, luego de resultar también herido por las llamas del dispositivo improvisado que utilizó. Posteriormente, el FBI abrió una investigación bajo la hipótesis de que el hecho constituye un posible acto terrorista. Aunque se ha planteado la posibilidad de un ataque antisemita, esto aún no ha sido confirmado oficialmente.
Las autoridades federales informaron que Soliman se encontraba en situación irregular en Estados Unidos, ya que había sobrepasado el tiempo legal de estadía de su visa desde 2023.
Reacciones políticas y medidas de seguridad
El gobernador de Colorado, Jared Polis, expresó su repudio ante lo ocurrido y lo calificó como un “acto despreciable de odio”. Como respuesta, se ha dispuesto el refuerzo de la seguridad en eventos relacionados con la comunidad judía, tanto en Colorado como en otras ciudades del país, incluyendo Nueva York.
Este nuevo ataque ha encendido nuevamente las alarmas sobre la radicalización ideológica en los Estados Unidos y la creciente presencia de violencia política y religiosa en espacios públicos.