Un violento ataque contra un chofer de transporte público en Guadalajara ha conmocionado a la ciudadanía y puesto en relieve la vulnerabilidad de quienes día a día prestan este servicio esencial. Daniel Hernández Ibarra, conductor de la ruta T-11 (antes 55), se debate entre la vida y la muerte en el Hospital Civil Fray Antonio Alcalde, tras ser brutalmente golpeado por un pasajero el pasado 15 de mayo.
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El incidente, captado por las cámaras del propio autobús y viralizado en redes sociales, muestra la escalofriante secuencia. Hernández Ibarra se encontraba hablando por teléfono con la aseguradora debido a un percance previo, cuando un individuo uniformado de seguridad privada, aparentemente molesto por la situación, inició una agresión sin provocación.
A pesar de los intentos del conductor por calmarlo, el agresor propinó una patada en la mano de Hernández, lo golpeó en el rostro y, de manera artera, usó un termo metálico para propinarle un golpe contundente en la cabeza, dejándolo inconsciente al instante. Lo más alarmante es que, durante la agresión, ninguno de los pasajeros intervino o auxilió al chofer. Tras el ataque, tanto el agresor como los demás ocupantes simplemente abandonaron la unidad.
Daniel Hernández Ibarra se encuentra en estado grave, con un derrame cerebral e inducido al coma, según fuentes cercanas. La Fiscalía del Estado de Jalisco ha abierto una investigación, pero el responsable, que vestía uniforme de la empresa de seguridad privada Caherengo, sigue prófugo. Dicha empresa ha condenado los hechos y afirma colaborar con las autoridades.
