La crisis eléctrica en Ecuador ha alcanzado una nueva dimensión. Rafael Quintero, viceministro de Electricidad y Energía Renovable, ha declarado este 10 de septiembre en una rueda de prensa que el país está experimentando “el peor estiaje en la historia en 60 años. Lo cual se agrava con la inacción de gobiernos anteriores”.
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La reciente crisis eléctrica se agudizó tras un apagón que afectó a varias provincias del país. Según Quintero, el incidente fue causado por un “error humano” en la subestación Molino, lo que desató una serie de apagones que dejaron a miles de ciudadanos sin suministro eléctrico. La subestación, que juega un papel crucial en la distribución de energía, falló debido a una serie de decisiones incorrectas durante la operación, según el viceministro.
“Dentro de lo que puedo adelantar, hubo falta de comunicación con el operador y no se siguieron los procedimientos y procesos establecidos”, dijo Quintero.
El estiaje actual, que ha sido catalogado como el más severo en seis décadas, está agravando la crisis energética. “Estamos enfrentando una situación sin precedentes debido a la falta de agua en los embalses que abastecen nuestras hidroeléctricas”, explicó Quintero durante una rueda de prensa. El estiaje ha reducido significativamente la capacidad de generación hidroeléctrica, que es una fuente clave de energía para el país.
Este panorama de crisis revela la vulnerabilidad del sistema eléctrico ecuatoriano ante fenómenos climáticos extremos. La combinación de errores operativos y condiciones meteorológicas adversas ha puesto en evidencia la necesidad urgente de mejorar la infraestructura y la gestión del sector eléctrico.
Sin embargo, el viceministro de Energía recalcó que el actual Gobierno ha trazado una ruta para superar la crisis y que las acciones tendrán resultado en un periodo mínimo de dos años.
“Tengamos claro que un proyecto que ejecuta el Gobierno Nacional, cualquiera que este sea, no es rápido. Lleva un proceso largo. Esto de aquí no es menos de dos años”, dijo Quintero.
La crisis energética subraya la importancia de adoptar medidas para mitigar los impactos del cambio climático y fortalecer la resiliencia del sistema eléctrico del país.
