Inicialmente salieron a la luz tres casos relacionados al presunto delito de violencia sexual, que se remite a la Brigada de Artillería 27 “Portete”, de la Tercera División del Ejército “Tarqui”, cuartel ubicado en Cuenca, provincia del Azuay. Han pasado poco más de dos meses y esto se conoce sobre los testimonios de las víctimas y el proceso de investigación que está llevando a cabo la Fiscalía General del Estado.
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Las infracciones habrían sido manejadas administrativa y disciplinariamente -en primera instancia- por un tribunal militar del Ejército, donde “sorpresivamente”, como lo califica la abogada Lorena Terán, defensa de las víctimas, el tribunal no sancionó administrativamente a los presuntos responsables, bajo el justificativo de “no tener suficientes medios de prueba”.
Ante la presión social y mediática, luego de cinco meses solo existió un pronunciamiento de recomendar que se remita el caso para conocimiento de la Fiscalía Provincial. Sin embargo, en mayo del mismo año, habrían sido las mismas víctimas quienes presentaron sus denuncias por las agresiones sexuales.
Las víctimas pusieron al descubierto de manera directa los nombres de sus posibles victimarios, entre los cuales consta una mujer oficial, indicaron además que, los hechos se remiten al 10 de diciembre de 2022, donde la primera víctima de estos execrables delitos, fue una uniformada en el grado de Subteniente, a quien durante esta crónica llamaremos “Cristina”, como nombre protegido.
“Esas son las consecuencias por andar de sapa”
Metro Ecuador tuvo acceso a dos de los testimonios de las tres víctimas, por parte de la Abogada Lorena Terán, defensa de las uniformadas, quienes narraron todos los pormenores de los hechos suscitados; unos al interior de la brigada, y, otro en un hostal de la ciudad de Cuenca.
Así fue como agredieron a “Cristina”: “La noche del 10 y madrugada del 11 diciembre de 2022, dentro del Batallón, varios oficiales nos encontrábamos celebrando la culminación de la instrucción, por lo cual salimos a un bar de la ciudad. Ahí bebí un vaso que me ofreció mi superior, y me empecé a sentir mal, por lo que pedí que me retornen al cuartel”.
“Regresamos, pero me dispusieron que todos íbamos a seguir festejando en una habitación de otro de mis superiores al querer salir, mi subteniente ‘J. Q.’, me dijo: ‘es orden, nadie se va’. Entonces presentí que algo no estaba bien, por lo que logré tomar una fotografía, donde se observa a mi superior sentado sobre la cama, y, luego solo tengo fugaces recuerdos como ‘flashes’, donde me observaba desnuda, sin voluntad, ni coordinación de mis movimientos”.
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“Al recuperar mi conciencia, desperté con inmenso dolor en mis partes íntimas, por lo que entendí con angustia que había sido violada. La mañana del 11 de diciembre de 2022, uno de los voluntarios me dice que le mostraron un video donde se me observaba desnuda corriendo y gritando por las habitaciones”, narró la víctima.
Posterior a ello, el mismo 11 de diciembre de 2022, la subteniente ‘J. Q.’ le señaló, según el testimonio de “Cristina”, a través de un mensaje personal de WhatsApp: “Esas son las consecuencias de andar de sapa, mide las consecuencias”, refiriéndose a las agresiones que sufrió la noche anterior.
La víctima afirmó que su superior tomó represalias porque la acusaba de “andar preguntando a sus ‘coicas’ (forma coloquial de referirse a las uniformadas) las cosas y los negocios que la subteniente ‘J.Q.’ tiene con sus conscriptas”.
Así mismo, manifiesta que, luego de la violación, fue advertida para que se aleje de las conscriptas, porque de no hacerlo, le iban a pasar cosas peores:
“Esto es una historia imposible de creer, puesto que los hechos se suscitan dentro de mi institución, donde me sentía segura, pero contrariamente, mi superior tenía todo bien planificado, a tal punto que, la mañana del 11 de diciembre de 2022, le dije que me diga cuántos me violaron, porque solo recuerdo dos rostros de mis superiores, a lo que me respondió: ‘no te metas en más problemas, y mejor colabora porque debes desintoxicar tu organismo’. Es así que la cabo C., quien es enfermera, cumpliendo la orden de mi subteniente, me colocó un suero para desintoxicarme’.
“Además con la soldado T., se aseguraron de que ingiera la pastilla del día después, diciéndome que todo lo hacían por mi bienestar, y que, con todo esto ya no quedaban restos de ninguna sustancia que haya ingerido”, recuerda “Cristina”
Al principio, “Cristina”, por recomendación de sus superiores, aceptó que todo se mantenga oculto; sin embargo, era imposible, debido a que en el cuartel se rumoraba lo que había sucedido.
Una exconscripta, quien también fue víctima de violación, incluso -advirtió a “Cristina”- que escuchó como tramaron la violación: “me dijo que me cuide, pero yo no entendía ni a que se refería y no hice caso”.
“Cristina” denuncia que con su caso se dio inicio a la investigación y a un proceso disciplinario militar en el que se la sancionó primero con: separarla de la institución y con “CINCO DÍAS DE ARRESTO DE RIGOR”.
La víctima se entera de una nueva agresión sexual a una exconscripta, a quien llamaremos “Dana”
La subteniente “Cristina” cuenta que se dio inicio a una investigación al denunciar los casos de violencia sexual de ella y “Dana”. En el proceso llevado a cabo por un Tribunal Militar Disciplinario fue sancionada con la separación de la institución y con “CINCO DÍAS DE ARRESTO DE RIGOR”.
“Todo de forma arbitraria, y, por orden superior, donde insólitamente me acusan, al igual que los otros tres oficiales, que sí cometieron infracciones”, señaló ella como víctima.
“Cristina” cuenta de la exconscripto, “Dana”, el caso está denunciado en Fiscalía y ella lo denunció al interior del cuartel.
Narra que a tres meses de lo que sufrió, exactamente el 06 de marzo de 2023, mientras estaba como oficial de semana, aproximadamente a las 16h00, recibió mensajes y audios de WhatsApp a su celular, donde la “Dana” le decía que estaba en peligro, por lo que fue en la noche cuando pudo mandarle la ubicación del lugar donde se encontraba.
“En realidad tenía miedo de dar parte, y, que conozcan todo lo que sucedía, porque a mis superiores, a quienes les conté, me dijeron que me calle, que no tengo pruebas, que estoy en desventaja, y, varios justificativos. Además sentí mucho temor porque, al ya haber sido violada, mi Subteniente ‘J.Q.’ me tenía advertida que, si volvía a meterme en sus cosas, las consecuencias serían peores”.
“Pero lo que sí hice es, una vez recibida la ubicación, pedir que me lleven al lugar, porque me sentía con el deber de socorrerla, es así que, esperé pasar el parte, le expliqué a un soldado lo que sucedía, y, juntos nos fuimos al lugar donde al llegar nos percatamos de que era un Hostal”, cuenta “Cristina”
Cuando estuvo en el sitio, golpeó duro la puerta, salió una señora a quien le pidió que le deje entrar porque va a sacar a una conscripta que dijo estar en peligro.
La administradora le dijo que no la dejaría pasar por lo que la “Cristina” procedió a enseñarle su teléfono, amenazándola con que va a llamar a la Policía.
La mujer le pidió que no lo haga y le dijo que espere, lo hizo por alrededor de 30 minutos. Luego, “Dana”, salió:
“Me sorprendí que salieron dos conscriptos. La una se veía fuera de sí, se reía exageradamente, lloraba a la vez y me decía: ‘se escapan por la terraza... Están mi subtenientes ‘J.Q.’, ‘J.M.’, y ‘Y.’, me hicieron daño’. Le pedí que se tranquilice, que nada le iba a pasar... La otra conscripto que denotaba estar ebria por su aliento a licor y su risa exagerada, me dijo que de gana la saqué al apuro, porque se le quedaron USD 120 en su chompa, que le habían pagado”.
El error que reconoce “Cristina” es no haber dado parte de inmediato a sus superiores. Sin embargo, expresa que nadie puede entender el inmenso temor que su victimaria, la subteniente ‘J.Q.’, infunde en ella, pues no quería volver a vivir lo del 11 de diciembre de 2022.
Desesperada, sin saber cómo ayudar a “Dana”, le dio un vaso de leche, por lo que acto seguido vomitó alrededor de más de 20 pastillas casi disueltas y con partículas de sangre. “Sé que mi ayuda evitó la muerte de la conscripto”, agregó.
Al siguiente día, el 07 de marzo de 2023, “Cristina” dio parte verbal de la novedad al teniente coronel M. C., quien le dijo que todo era muy grave y que se debía denunciar en Fiscalía. Días después pusieron las querellas respectivas.
“Este proceso -el militar disciplinario- no debió iniciarse contra mí, porque lo único que hice es salvar la vida de “Dana”, la hoy exconscripta, porque de no haber ido a rescatarla, hoy estaríamos lamentando la muerte de la joven”, señaló al Tribunal.
“Ingresé a hacer el servicio militar para servir a mi patria, no para ser violada”
“Dana”, la segunda víctima, una exconscripta de 19 años cuenta que, el pasado 27 de agosto de 2022, se presentó a hacer el servicio militar. Fue asignada a la brigada de Artillería 27 “Portete” para hacer la conscripción, porque ese era su sueño y su proyecto de vida: “graduarme como conscripto, luego, hacer el curso y recibirme como soldado del ejército”.
En la ampliación de su versión señaló que contó toda la verdad “sin miedo”, porque ya nadie le “puede hacer daño”.
La exconscripta cuenta que, en el centro de instrucción conoció a dos subtenientes, la más antigua ‘J. Q’, y, otra quien es la primera víctima de violación, “Cristina”, quien más adelante fue quien la socorrió y le salvó la vida al sacarla del hostal.
“La subteniente ‘J. Q’ siempre nos daba regalos y comida, trataba de ganarse la confianza, es así que, el 16 de diciembre de 2022, un día antes de salir de vacaciones por Navidad, ingresó al dormitorio donde nos encontramos todas las conscriptos, y, me dio un vaso de agua, me empecé a sentir muy alegre, solo quería reírme por todo, y en ese estado, tipo 12 de la noche, me dijo que me invitaba a una fiesta, pero las invitaciones de los superiores son órdenes, por lo que me dispuso que salga”, narra “Dana”.
Al estar afuera, aseguró que la subieron en un carro color plomo, donde camino a la discoteca, empezaron a ingerir bebidas alcohólicas. Posteriormente arribaron al antro, y la subteniente ‘J.Q’, junto con la cabo C., y, la soldado T., le dieron un vaso de licor, que la privó de su voluntad y conciencia.
“Al beber ese vaso, perdí el conocimiento, y, cuando desperté, estaba en el mismo lugar, pero en un cubículo junto a la pista, con cortinas negras y que tenía una cama, estaba totalmente desnuda, no podía ni caminar, porque me dolían mis partes íntimas. Me toqué y observé que estaba sangrando, empecé a llorar del dolor y del miedo. Las tres militares de inmediato me dijeron que haga silencio, y que ya íbamos a retornar de inmediato todas a la brigada”, recuerda.
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Posterior a ello, señala que para que nadie se enterara, las uniformadas la pusieron de ‘cuartelera’ es decir que, la encerraron en los dormitorios, y, le dieron unas pastillas para evitar un embarazo, y, otra para quitar el dolor y el sangrado.
“Yo no paraba de llorar y les dije que iba a dar parte, a lo que mi subteniente ‘J.Q.’ me dijo que no tengo pruebas, que nadie me iba a creer, que era la palabra de una conscripto, frente a la de una oficial. Pasé llorando todo el día, y solo deseaba irme a mi casa”, señaló referente a la primera agresión que sufrió.
“Dana” recalcó que luego de este incidente, la subteniente ‘J.Q.’ impedía dejarla hablar con otros oficiales, en especial con la instructora H.T.. La empezó a tratar bien, le dijo que olvide lo que había pasado, que ella se encargaría de que no pase de nuevo. Le compraba comida, chocolates, y, estaba al pendiente de ella.
Hasta que llegó el día 06 de marzo de 2023. Un Subteniente J. M., presunto victimario, le dijo que pida permiso, y coordinó su salida alistando el salvo conducto, supuestamente “con la mentira de ir a visitar a su madre”, y, posteriormente le habían dispuesto al cabo T., que en su vehículo la saque del cuartel, junto con la conscripto A.I.
Posterior a ello, “Dana” llegó a la ubicación donde se desarrollaría la reunión social, el Hostal denominado “El Refugio”. Al llegar al lugar, fue recibida por la subteniente ‘J.Q.’, quien le dijo con voz de autoridad: “entra y no mires atrás, está todo listo, ya estás aquí”.
A lo que ingresó, vio que habían varias personas, todos militares, reconoció a dos Subtenientes y al grupo que siempre estaba en las salidas con la subteniente ‘J.Q.’, las mismas uniformadas que la llevaron a la discoteca la primera vez que fue abusada.
Todos se encontraban bebiendo, cuando nuevamente la Subteniente ‘J.Q.’ se le acercó y le garantizó que, esta vez, no le iba a pasar nada.
Sin embargo, al no tener confianza de sus palabras, “Danna” contó lo siguiente: “sin que se de cuenta, yo le cambié el vaso de licor que me brindó, y, observé que, ella empezó a bailar y a reírse de manera exagerada, esto me dio tranquilidad que duró escasos minutos, pues erróneamente pensé que, como ella ya se tomó lo que era para mí, ya no me darían nada y estaría a salvo”.
Pero no fue así. Luego de beber un sorbo del trago que le brindaron sus superiores, aseguró que empezó a reírse y a llorar a la vez, sentía mucho sueño. Es ahí cuando recuerda que, el presunto victimario y la Subteniente ‘J.Q.’ la llevaron a un cuarto en el mismo piso, donde señaló haber escuchado las risas y los gemidos de la conscripto “A.I.”.
De inmediato pensó que ese 06 de marzo de 2023 se iba a repetir el mismo episodio que le pasó el 16 de diciembre de 2022, por lo que, al empezar a sentirse mal, procedió a enviarle mensajes de ayuda a “Cristina”, quien más tarde la rescataría, y que, fue la primera víctima de violación en el interior de la brigada de Artillería 27 “Portete”.
Lo último que recuerda es el rostro de la subteniente ‘J.Q.’ quitándole el celular y al presunto agresor quitándole la ropa; sin embargo, antes de eso, alcanzó a mandar la ubicación del hostal.
“Todo lo que me hacían, no pude impedirlo, porque no controlaba mi cuerpo, tenía mucho sueño, y, finalmente me dormí por ese somnífero que me dieron. Luego entre sueños recuerdo que me quejaba del dolor de mis partes íntimas, y los insultaba a todos por lo que me hicieron”, aseguró.
Posterior a ello, “Cristina” fue a sacarla del lugar, a ella y a la otra conscripto, quien le dijo a la oficial: “por gusto se mete”, ya que ella recibió el dinero y todo lo hizo de manera voluntaria.
La exconscripto aseguró que por esos incidentes sufre secuelas, y, varias veces fue al hospital, donde le dijeron que tienen una “triangulación como producto de la violación”.
Además, le tuvo que contar lo sucedido a su mamá, quien le dispuso no regresar al cuartel para que nunca más le pase nada, y de esta forma, precautelar su integridad física y su vida.
También señaló que la Subteniente ‘J.Q.’ quería obligarla a firmar un contrato de servicios sexuales, en una hoja donde pudo observar que tenía el logotipo de una flor de colores.
Además, “Dana” tiene conocimiento que todas las conscriptos firmaron ese contrato, pero ella no. Afirmó que de ese tema tenía pleno conocimiento el comandante de la Tercera División del Ejército “Tarqui”.
Al ser víctima en dos ocasiones de violencia sexual, la uniformada decidió abandonar la conscripción, para evitar ser nuevamente agredida, y también, para no sucumbir a la orden superior de firmar aquel papel.
Decidió poner la denuncia en Fiscalía
Días después, presentó la denuncia en la Fiscalía Provincial del Azuay. Cuenta que cuando formalizó legalmente esta denuncia, los padres del presunto agresor dieron con la ubicación de su domicilio en las afueras de Riobamba.
Se presentaron en su casa, y, amedrentando a sus padres, les dijeron que se enfrentan a personas con poder económico, y que, ellos no podrán sostener el juicio penal, por lo que es mejor que, desistan de la denuncia y acepten dinero, para que se haga atender con una ginecóloga y haga terapia psicológica.
Sin embargo, no desistió, porque aseguró confiar en la justicia, y que, proviene de una familia humilde, confía en que los abogados junto con el fiscal, lograrán que su agresor y los cómplices paguen con cárcel el daño que le hicieron:
“Tengo secuelas de la violación. Me duele la ingle al caminar, no puedo dormir, tengo pesadillas por las noches... Lloro cada vez que recuerdo lo que me pasó... Confié en ellos porque son militares y pensé que estaría protegida adentro de un cuartel, con gente estudiada y que debe respetar los derechos humanos. Hoy me pregunto, si al estar drogada, cuántos fueron los que me violaron y lo más doloroso es que otras mujeres presenciaron y permitieron que me hagan esto”.
Luego finalizó su testimonio señalando: “Entré al ejército para cumplir un sueño y hoy solo tengo mil pesadillas”.
Actualmente, son tres casos los que se encuentran siendo investigados por la Fiscalía Provincial del Azuay.
La Abogada Lorena Terán dio a conocer a este medio que, en el primer caso de la violación a “Cristina”, se formalizó la denuncia ante la Fiscalía del Azuay, y que paralelamente, se entregó los indicios y nombres de los presuntos responsables de la agresión de la Subteniente al Tribunal Disciplinario.
En el caso de la ex conscripto, “Dana”, la propia víctima compareció al proceso administrativo, y fue ella quien reconoció a tres de sus presuntos victimarios. Sin embargo, dice la víctima y la abogada Terán que es sorprendente que el tribunal de disciplina haya argumentado que no evidenciaron que se trate de un caso de violencia sexual, debido a las “incongruencias” en el testimonio de la víctima, por lo que no encontraron culpables a los tres uniformados que habrían estado con ella en el Hostal el pasado 06 de marzo de 2023.
Sin embargo, la defensa, quien representa los dos casos, indicó que el tribunal militar no actuó de manera acertada en beneficio de la institución. Además señaló que las pruebas eran irrefutables, y, en otros casos, sin pruebas y por orden superior han dado de baja a uniformados inocentes.
De igual manera, la abogada acusó al alto mando de encubrir a los presuntos victimarios, todo con el afán de no sancionar a los verdaderos responsables y de encubrir al comandante de la III División de Ejército “TARQUI” de aquel entonces, quien según Terán, es el que debe responder por las omisiones en las que habría incurrido, por no ayudar a las víctimas en el momento en que les dieron a conocer los hechos, e impedir la investigación de los mismos.
Hay que aclarar que el tribunal militar solo tiene competencia administrativa, y puede imponer sanciones disciplinarias a sus miembros, pero no tiene competencia como la Fiscalía o las instancias jurisdiccionales, para determinar un delito penal, por lo que, los casos en la actualidad se encuentran en manos de las autoridades competentes.
La defensa señaló que, las víctimas al momento, no han recibido ayuda por parte de la institución, y, por el contrario, han procurado sancionar administrativamente a una de las víctimas (CINCO DÍAS DE ARRESTO DE RIGOR), y, a quien un capitán de justicia le retuvo la boleta de auxilio que le concedió una jueza de violencia.
En cambio, a la otra víctima, le impidieron conocer los nombres correctos y completos de su presunto victimario, por lo que fue casi imposible notificarlo y vincularlo al proceso.
Comandante General de las Fuerzas Armadas tenía conocimiento solo de un caso
El pasado 1 de junio, el Comandante General del Ejército, Gustavo Acosta Yacelga, en rueda de prensa, aseguró que se trata de un solo en caso particular, calificándolo de aislado, y, es el de la ex conscripto.
“Si hay otro caso, se tiene que seguir el mismo proceso. Yo no le puedo decir existe, no hay, yo tengo ese informe. La chica pidió voluntariamente el retiro del servicio militar obligatorio y está en su casa. El mismo Ejército acompañó a la chica a poner la denuncia en la Fiscalía, para que siga el proceso que le corresponde realizar. Internamente iniciamos un proceso de investigación para sancionar las posibles faltas disciplinarias que hubiera cometido el personal militar involucrado. Desde una falta leve, grave, atentatoria y esto puede constituir, en función de eso, hasta separación de la Institución”, aseguró la autoridad.
La afirmación del alto mando fue desmentida por la abogada Lorena Terán, quien dijo a los medios que ya son tres casos que investiga la Fiscalía. Además denunció que las víctimas jamás recibieron ayuda, ni acompañamiento para denunciar, aclarando además que las disposiciones impartidas por el Comandante General del Ejército hacia el tribunal de disciplina fueron desacertadas.
Esto porque, según la defensa de las víctimas, el espíritu de cuerpo ha sido entendido de manera distorcionada, enfatizando que, la lealtad es con la institución y no con las personas.
Actualmente la Fiscalía Especializada de Cuenca (FEDOTI) ha aperturado una nueva investigación. Esta vez para perseguir el delito de trata de personas con fines de explotación sexual, el cual habría sido ejecutado por una oficial que prestó sus servicios en la Brigada de Artillería 27 “Portete”, de la Tercera División del Ejército “Tarqui”, donde, como parte de las diligencias llevadas a cabo, dio su versión sobre los hechos el pasado martes 18 de julio de 2023.