Bajo el recurso de habeas corpus el exvicepresidente del Ecuador, Jorge Glas, fue liberado este domingo 10 de abril. El juez Diego Javier Mosco otorgó el recurso en la Unidad Multicompetente de Santa Elena.
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El exvicepresidente, que guardaba prisión desde finales de 2017, fue condenado en tres casos de corrupción, uno de ellos por asociación ilícita relacionado con la trama de sobornos de la compañía brasileña Odebrecht, otro por recibir dinero ilegal para su movimiento político y un tercero por cohecho en un juicio relacionado con contratos petroleros, que está en apelación.
Sobre su actual situación se ha cuestionado si Glas podría salir del país. Ante este escenario el ministro del Interior, Patricio Carrillo, indicó que el exfuncionario no podría abandonar ni siquiera Guayaquil.
“Migración está advertida, en los puertos tenemos un dispositivo especial. Él no puede salir de Guayaquil, no solo del país”, indicó Carrillo durante una entrevista con La Posta.
“Hay muchas debilidades, esas tecnologías fueron comprados por ellos mismo. Hay muchas cosas que se debilitaron y hoy debemos reconstruir. La Policía y las instituciones del Estado son capacidades estratégicas y como sociedad debemos conservarlas”, dijo Carrillo sobre lo que acontecido con Fernando Alvaro años atrás.
El caso judicial de Glas y de otros dirigentes del “correísmo”, incluido el propio exmandatario, ha sido considerado por ese movimiento como una “persecución política” por parte de Moreno y de otros grupos de derechas críticos con el Gobierno de Correa.
En una carta difundida en Ecuador, Sonia Vera, integrante del equipo de la defensa legal internacional de Glas, aseguró que el exvicepresidente es víctima de “lawfare” (persecución judicial).
El otorgamiento del “habeas corpus” pone “en cumplimiento el artículo 426 de la Constitución, que ordena que los instrumentos internacionales de derechos humanos serán de inmediato cumplimiento y aplicación”, destacó Vera.