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¿Cuánto perdería el Ecuador ante la paralización de 17 días de los oleoductos de crudo por erosión del río Coca?

Este lunes se derrumbó el bypass emergente que se construía para la pronta reactivación del bombeo de crudo y combustibles. La paralización será de 17 días.

La reanudación del bombeo de crudo y transporte de combustibles se alargará 17 días más. Esto, por producto de la erosión del río Coca, que ayer derrumbó un bypass emergente que se construía en el sector de Piedra Fina, provincia de Napo. En esa zona, se tenía prevista la instalación provisional de oleoductos y poliducto, para que se pueda retomar las operaciones petroleras.

Debido a este desastre ambiental, se ha dado un descenso de alrededor del 53 % en los últimos días, según datos oficiales conocidos este martes. De acuerdo con la Agencia de Regulación y Control de Energía y Recursos Naturales No Renovables, este lunes se produjeron 229.336,45 barriles, frente a los alrededor de 486.000 diarios de promedio durante la semana pasada. Del total de la producción, 159.657 barriles corresponden a la empresa pública Petroecuador y 69.679 a las privadas.

El gobierno ahora se centra en una variante definitiva que se construye 400 metros hacia la montaña y mencionaron que estos trabajos tardarán 17 días. Así lo confirmó Juan Carlos Bermeo Calderón, ministro de Energía y Recursos Naturales No Renovables en una entrevista con Radio Única (94.5).

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Sobre paralización de SOTE, OCP y ducto multipropósito se está trabajando en una séptima variante de este complejo de ductos para en 17 días, si las lluvias permiten, poder superar este problema. Esto generará un impacto negativo por una pérdida de producción petrolera. Se estima que durante este tiempo el país pueda perder 300 millones de dólares aproximadamente.

PROBLEMAS RECURRENTES

El problema de la erosión del río Coca comenzó en febrero de 2020 con el desplome de la cascada de San Rafael y, desde entonces, se han desarrollado varios trabajos en la zona para evitar la afectación a los oleoductos en ese sector: el Sistema de Oleoducto Transecuatoriano (SOTE, privado) y el Oleoducto de Crudos Pesados (OCP-privado).

Es una situación complicada, pero solucionable en un plazo relativamente corto debido a que lo que tienen que hacer es poner una tubería a mayor distancia de la orilla”, dijo a Efe el analista económico Walter Spurrier.

El problema, precisó, es que el oleoducto va por el cauce del río en el sector del volcán Reventador, que está activo: “Es una zona sumamente complicada y no hay mucho espacio hacia dónde llevar el oleoducto”.Por lo pronto, aseveró, “en el corto plazo, corriendo (el oleoducto) unos cientos de metros (..) la producción petrolera debería normalizarse en un plazo relativamente corto”.

LA PRODUCCIÓN

La erosión regresiva (proceso de propagación de la erosión fluvial hacia la parte alta de los ríos o barrancos) se evidenció en abril de 2020 cuando el mismo fenómeno natural ocasionó la ruptura de las tuberías y un derrame de unos 15.000 barriles.

En ese momento, las dos empresas realizaron desvíos de sus oleoductos, pero sin resolver realmente el problema.”Es un problema recurrente que tienen que estudiar muy bien”, insistió Spurrier al asegurar que hasta ahora las dos empresas han tomado medidas que “consideraban óptimas para no incurrir en costos demasiados elevados”.

El petróleo es el principal producto de exportación de Ecuador y su venta financia una parte importante del presupuesto nacional, alrededor del 30 %.

El año pasado, la paralización de la producción afectó a las finanzas ecuatorianas en el peor momento de la pandemia del coronavirus.

DECLARACIÓN DE FUERZA MAYOR

Y al igual que entonces, para evitar problemas contractuales, el Ministerio de Recursos Naturales no Renovables decretó ahora la exención de fuerza mayor para las empresas petroleras que mantienen contratos bajo la modalidad de prestación de servicios en el país.

Se trata de una cláusula que permite interrumpir ciertos compromisos cuando se producen circunstancias imposibles de prevenir y que pueden obstruir o retrasar las obligaciones contraídas, como puede ser el caso de un fenómeno natural que ponga en riesgo la infraestructura petrolera.

La medida habilita al país a suspender temporalmente la extracción de sus yacimientos de acuerdo a las posibilidades de almacenamiento, y evitar con ello reclamaciones del mercado internacional.

La primera fue en abril de 2020 y la segunda en julio, por deslizamientos de las paredes fluviales en el mismo cauce.

El Gobierno informó que ha comenzado a aplicar planes de contingencia “para minimizar el impacto” en toda la cadena de “exploración, producción, refinación e industrialización, transporte y almacenamiento”, así como en “la comercialización interna y externa de hidrocarburos y sus derivados”.

Entre estas medidas, la construcción de desvíos en su oleoducto que permitan reanudar el bombeo del crudo.

Por su parte, OCP -que paralizó el bombeo de 150.000 barriles diarios el pasado miércoles y drenó la tubería- dijo haber reanudado parcialmente el bombeo desde la estación Sardinas hacia Esmeraldas, con un 10 % de su capacidad.

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