“Ella es un milagro”, fueron lo que dijeron los médicos del hospital de Maine, Estados Unidos, cuando Bettina Lerman, de 69 años, que llevaba un mes conectada a un respirador, despertó del coma el día que le iban a desconectar de su soporte vital. La paciente estaba contagiada de COVID-19.
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La familia de Bettina Lerman ya había organizado su funeral, había donado muchas de sus posesiones y cancelado su contrato de arrendamiento. Estaban recogiendo su ataúd y lápida a finales del mes pasado cuando una llamada telefónica de un médico del hospital les dijo que se había despertado.
Su hijo Andrew Lerman contó a la cadena WMTW que recibió una llamada del médico que le dijo que fuera al hospital de inmediato. Cuando preguntó qué pasaba, el médico le dijo: “Bueno, no pasa nada. Tu madre se ha despertado”. “Literalmente dejé caer el teléfono. Yo estaba como, ¿qué? Se suponía que íbamos a interrumpir el soporte vital ese día”, explica Andrew.
Bettina tuvo complicaciones del covid-19 por otras afecciones como diabetes y problemas cardíacos que le había llevado a sufrir un ataque al corazón y ser sometida a una cirugía de bypass cuádruple hace un par de años, según informó CNN.
La mujer comenzó a mostrar síntomas del contagio de Covid-19 a principios de septiembre y le pusieron un respirador el 21 de ese mismo mes. Despertó del coma el 29 de octubre.
La madre, el hijo y el padre no estaban vacunados. Sin embargo, Andrew dice que se vacunará lo antes posible.
«Tuvimos una reunión familiar con el hospital porque mi madre no despertaba. Dijeron que sus pulmones estaban completamente destruidos. Había un daño irreversible», cuenta Andrew.
“Sabe dónde está, quién es, es tan aguda como siempre. Por lo general, cuando alguien sale de un coma así, dicen que los pacientes tienen delirio y están muy confundidos. “Desde el primer día, ella no ha experimentado nada de eso”, dijo uno de los doctores.