Después de la masacre carcelaria en la Penitenciaría del Guayas, viene la difícil tarea de los familiares para poder reconocer los cuerpos. Este proceso se está llevando a cabo en las oficinas de Criminalística en Guayaquil y en medio del dolor y desesperación de los familiares de los reclusos.
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34 cuerpos ya han sido identificados
“Hasta el momento, 34 cuerpos ya han sido identificados, la Secretaría de Derechos Humanos entregará en las próximas horas los féretros a las familias. Mientras que Criminalística continúa trabajando en la identificación de los demás fallecidos”, reseña un comunicado del Gobierno.
El proceso de entrega de los cuerpos consiste en realizar la autopsia, que deberá ser avalada por la Fiscalía; solicitar al Registro Civil la autorización de los datos y verificar si están cedulados; otorgar el acta de defunción; y, finalmente, entregar el cuerpo en el féretro a los familiares.
En el interior del patio de Criminalística de la Policía Nacional, hay una carpa blanca con una docena de funcionarios. Ellos son los encargados de recibir a un miembro de la familia que debe pasar el doloroso proceso de dar descripciones, y detalles de su ser querido como tatuajes, marcas de nacimiento, color de piel y cabello para poder identificarlo.
Después les dicen que estén atentos al teléfono, “que los llamarán para decirles el día y la hora que podrán ingresar a reconocer el cadáver”. Esto ocurre mientras los carros de las funerarias entran a recoger los cadáveres que ya han sido reconocidos.
Sobre la atención del Gobierno a los familiares de las víctimas, varias entidades les brindan primeros auxilios psicológicos, entre ellas equipos del Ministerio de Salud Pública, Ministerio de Inclusión Económica y Social, Secretaría de Derechos Humanos, Servicio Nacional de Gestión de Riesgos y Emergencias, Cuerpo de Bomberos y Cruz Roja Ecuatoriana. Además, trabajadores sociales del Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de Libertad y Adolescentes Infractores (SNAI) dan seguimiento al estado de salud de las personas heridas que están siendo atendidas en casas de salud, manteniendo informados a sus familiares sobre su estado.
En los exteriores de la cárcel también estaban familiares de los reos a la espera de información. Envuelta en llanto, Gloria Maya buscaba información sobre su hijo Benito Parra, recluido en esa cárcel desde hace cuatro años. Maya dijo a Efe que otros reos le pasaron fotos del cuerpo de su hijo tirado en el patio y le dijeron que recibió disparos durante los nuevos ataques entre reos que tuvieron lugar la tarde del sábado.
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La mujer contó que el último contacto con su hijo lo tuvo cerca de las 18:00 horas de ayer, poco antes de que se registraran nuevos enfrentamientos, y le comentó que estaba contento porque había llegado “la comida: una sopa de carne y un arroz”.”Mi hijo salió al patio” y luego hubo disparos, relató Maya, basada en datos proporcionados por otros reos.
“Los amigos me avisaron (de la muerte), ayer 6:10 de la tarde. Ellos querían cogerlo para ayudarlo pero no los dejaban tocarlo, él estaba herido”, agregó la mujer.”A mi hijo le dispararon en la espalda, yo soy enfermera y no puedo hacer nada por mi hijo”, sostuvo Maya en medio del llanto.La madre del recluso añadió que estaba a la espera de la llegada del personal de criminalística.
“Yo quiero que mis nietos vean a su padre, porque tienen ya cuatro años que no ven a su padre y esa es mi angustia y desesperación, que no me entienden. Tiene cinco hijos”, agregó Maya.