El regreso a las aulas trae consigo una serie de desafíos logísticos y económicos para las familias, pero un reciente sondeo entre padres de familia de Quito y Guayaquil ha revelado que la principal inquietud no es la lista de útiles, sino la alimentación de sus hijos en la jornada escolar. La pregunta que se repiten una y otra vez es cómo preparar una lonchera que no solo sea nutritiva y balanceada, sino también atractiva y que los niños realmente se coman.
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Según la nutricionista María Isabel Cevallos, experta en nutrición infantil, “muchas madres se enfrentan al dilema de competir con la oferta de productos procesados que se venden en las afueras de los colegios. El reto es hacer que un sándwich de pan integral y una manzana sean tan apetecibles como unas papas fritas o un dulce, pero la clave está en la variedad y la presentación”.
La conexión entre la comida y el rendimiento académico
Más allá de la salud, la alimentación escolar juega un papel crucial en el desempeño académico de los estudiantes.
Un informe del Ministerio de Educación de Ecuador y de la FAO subraya que la colación escolar debe cubrir entre el 10% y el 15% de los requerimientos de energía diarios de un niño, proporcionando el “combustible” necesario para las horas de estudio.
La doctora Cevallos explica que una alimentación deficiente puede tener un impacto directo y significativo: “Los niños que no reciben los nutrientes adecuados, especialmente en la media mañana, sufren de falta de concentración, fatiga, irritabilidad y, en casos más graves, bajo rendimiento escolar. Un cerebro bien alimentado es un cerebro que aprende, retiene información y se mantiene alerta”.
Estudios realizados en el país, como el publicado por la revista científica InveCom, han demostrado una asociación directa entre la desnutrición y el bajo rendimiento académico, e incluso la deserción escolar. Esto no solo afecta el desarrollo cognitivo, sino también el físico y emocional de los niños.
Consejos de expertos para una lonchera perfecta
Para aliviar la angustia de los padres y asegurar una lonchera nutritiva y atractiva, la experta nos brinda algunas recomendaciones prácticas:
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- Incluir los tres grupos de alimentos: La lonchera debe tener carbohidratos (pan integral, galletas de avena), proteínas (queso, jamón de pavo, un huevo cocido), y vitaminas y minerales (frutas y verduras frescas).
- Hidratación es clave: Reemplazar las bebidas azucaradas con agua. Un termo de agua es indispensable. Si se quiere variar, se puede incluir jugos naturales sin azúcar añadida.
- Creatividad en la presentación: Cortar las frutas en formas divertidas, usar moldes para sándwiches o incluir alimentos variados y coloridos puede hacer una gran diferencia y motivar a los niños a comer.
- Participación de los niños: Involucrar a los hijos en la preparación de su lonchera puede generar un sentido de responsabilidad y aumentar las probabilidades de que se la coman.
- Planificación semanal: Preparar un menú de loncheras para la semana ayuda a los padres a ahorrar tiempo y asegurarse de que la alimentación sea variada y equilibrada.
El Ministerio de Salud Pública de Ecuador ha compartido guías con ejemplos de loncheras saludables, que incluyen productos nacionales como chochos, plátano, quinua y jugos de frutas de temporada.
En definitiva es una inversión en la salud, el bienestar y el futuro académico de nuestros hijos, y por eso, la inquietud de las madres está más que justificada.