Pronto a cumplir 57 años, Kurt Morelli no solo es un apasionado motociclista, excompetidor de enduro y aventurero; sino también un alma solidaria que decidió cambiar los cronómetros por paisajes. Hoy es embajador de la Husqvarna Norden 901, y desde su canal de YouTube Vivir es urgente, se lanza a recorrer los rincones más recónditos de Sudamérica con una misión clara: inspirar, ayudar y demostrar que la vida no espera.
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Este argentino, alto, carismático y con alma nómada, no viaja en tour organizado ni se hospeda en hoteles cinco estrellas. Lo suyo es la carpa, la montaña y los caminos de ripio. “Me considero un mochilero hippie con moto”, dice entre risas mientras relata sus travesías por la Cordillera de los Andes, donde ha llegado hasta casi los 5000 metros de altura.

Morelli compitió durante casi dos décadas en el mundo del enduro, representando a su país incluso en el World Enduro Super Series en Rumania. Sin embargo, hoy su vida tomó otro rumbo. “Decidí dejar el alto rendimiento para dedicarme a viajar en moto y disfrutar los paisajes. Cambié los cronómetros por paisajes”, afirma.
Pero sus viajes no son solo por adrenalina o fotografía. Cada kilómetro recorrido tiene un enorme propósito. Toda la monetización de su canal y venta de merchandising va destinada a causas solidarias, especialmente a escuelas rurales de alta montaña, donde niños recorren horas a caballo para poder estudiar. “No es mucho, pero es nuestro granito de arena”, señala con humildad.
Un canal con propósito
Vivir es urgente no es solo un canal de viajes. Es una filosofía de vida. Kurt quiere mostrarle al mundo que no hace falta dar la vuelta al mundo para reconectar con uno mismo. “Podés agarrar tu moto, irte a la montaña, hacerte un café y volver. Eso ya es una aventura”, reflexiona. Su contenido va dirigido a quienes postergan sus sueños por la rutina, la pantalla del celular o la presión del día a día.
Aunque es director de una empresa en Estados Unidos, cada minuto libre lo dedica a su moto. El año pasado recorrió más de 20.000 kilómetros, grabando con GoPro, drones, cámaras Sony y gimbal. “No tenía idea de edición ni de filmación. Fue otro viaje dentro del viaje”, dice mientras enumera sus múltiples aprendizajes como camarógrafo, editor, mecánico, planificador, guía y hasta psicólogo de sí mismo durante las largas jornadas de “psicocascos”.


La montaña, su terapia
Viaja solo, acampa en lugares escondidos y evita las grandes ciudades por seguridad. “La delincuencia es una realidad, pero la solidaridad también. En muchos pueblos me invitan a dormir o a comer. La gente de campo tiene un corazón enorme”, asegura.
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Kurt ha sido marcado por muchos paisajes, pero aún más por la gente que ha conocido. Como Andy Tirado, un joven viajero que da la vuelta al mundo en moto y con quien forjó una amistad única. “Siempre hay algo que aprender del otro. Lo importante es estar abierto a ese aprendizaje”.
Su mensaje final es simple, pero poderoso:“Animémonos a salir del sofá, de Instagram, de Netflix. No hace falta ir muy lejos para vivir algo distinto. Vivir es urgente. Y no sabés cuándo esto se termina”.