En grupos de WhatsApp, páginas de Facebook o incluso en el chisme de la oficina se habla de las banderas rojas o red flags de las relaciones personales. Uno de los puntos que más asusta es el aplicado ghosting (cesar comunicación y contacto con tu pareja de manera abrupta), pero si te contamos que hay algo peor.
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Orbiting
El orbiting es una especie de vigilancia obsesiva de los pasos de la otra persona en redes sociales. Normalmente, quien practique esta acción termina por vigilar las publicaciones de alguien pero sin interactuar con esta persona.
Un ejemplo práctico sería el siguiente: si tienes contacto con tu ex, pero no para de mirar tus stories y darles likes sin enviarte un solo mensaje, te comentamos que estás sufriendo de orbiting.
¿Qué hacer en ese caso?
Si este tipo de actitudes te suponen un inconveniente, siempre tienes el recurso del bloqueo. Además, si has establecido una medida de contacto cero, no tiene sentido que se utilice las redes sociales para vigilar a la otra persona.
“Ghosting” viene de la palabra inglesa “ghost” que significa espectro o fantasma; “Orbiting”, que significa orbitar, lleva el fenómeno un paso más allá.
Según reseña Anna Lovine, quien acuñó el término, comenta que quien practica orbiting te mantiene suficientemente cerca para que ambos se puedan observar, mientras suficientemente alejada para nunca tener que hablar.
Es decir, es doblemente frustrante que ser víctima del ghosting lo que no parecía posible. Aunque es fácil desestimar a los orbiters o manipuladores, este tipo de comportamiento puede ser muy debilitante para quien es objeto de éste.
Persia Lawson, experta en relaciones personales, dice que ha visto personas obsesionarse con los “orbiter”, analizando sus propias historias en Instagram para descubrir por qué la otra persona las ha estado observando.