Si hay una ley en el apartado amoroso que es muy cierta es que quien te ama, no te lastima. Al menos de forma adrede y consciente, violando los acuerdos establecidos por las dos partes.
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No con esto queremos decir que no es aceptable equivocarse. Somos humanos y nuestras relaciones interpersonales están plagadas de errores, pero hay que saber diferenciar cuando una persona en realidad no está arrepentida e incurre constantemente en actitudes que nos lastiman.
Estar con alguien que predica una cosa y sus actos van por el lado opuesto, es tremendamente confuso y muchas han pasado por ello. Un claro ejemplo de esto es Kim Kardashian y su ex, Kanye West.
Hace pocos días el intérprete de Donda vociferaba: “Puede que esté divorciado sobre el papel, pero no estoy divorciado de la idea de ser el protector. La amaré de por vida y, curiosamente, la protegeré”.
Sin embargo, tampoco tiene reparos en divulgar información privada de su relación, exponer a su familia, atacar a sus nuevas parejas y otros comportamientos que no van a la par de ese ‘amor’ que le profesa.
O también la misma Shakira. La colombiana sufrió una infidelidad por parte de su expareja, Gerard Piqué, quien actualmente ya tiene otra novia, pero a lo largo de los 12 años que estuvieron juntos siempre se deshizo en halagos (al menos en público) hacia ella.
Este juego mental de decirte que te ama, pero lastimarte, en realidad entra en la categoría de maltrato emocional y debemos evitarlo a toda costa, como si se tratara de abuso físico.
Como esa persona te conoce tan bien, sabe cuáles son tus puntos vulnerables para herirte, disminuir tu autoestima y tenerte siempre a su lado, siendo parte de conductas manipuladoras y narcisistas que no tienen nada que ver con las relaciones sanas que deseamos.
Es fundamental entonces poner límites y recordar que si duele, no es amor. El que ama, da felicidad. Y no significa que todo sea perfecto y color rosa, pero no podemos confundir amor con dominación, persuasión, posesión, chantaje, engaño, insultos, burlas o traición.