¿Quién no ha sentido esa extraña sensación de caída abrupta o de flotación cuando se está durmiendo profundamente? Aunque parezca extraño, esta atípica característica al dormir tiene una explicación científica.
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Mioclonia del sueño
También conocido como mioclono hipnótico, trata sobre un fenómeno de movimiento muscular involuntario que ocurre durante las transiciones del sueño a medida que cambia de una fase a otra. Según el Instituto Europeo del Sueño (IES), al menos un 70 por ciento de la población tuvo estas sacudidas nocturnas alguna vez en la vida.
Los movimientos musculares específicos que ocurren como resultado también se llaman sacudidas hipnagógicas (o sacudidas hipnóticas) y es más probable que pasen cuando uno comienza a quedarse dormido y durante la etapa ligera del sueño inmediatamente después, a diferencia de los movimientos periódicos de las piernas que pueden ser repentinos y, en algunos casos, involucrar al tronco.
Porqué de los movimientos
Investigación de la IES afirma que esta etapa del sueño es lo suficientemente ligera como para que el cerebro pueda malinterpretarla como vigilia, pero también reconoce que sus músculos no se mueven. Esto lleva al cerebro a enviar un mensaje a sus músculos como una especie de registro, para despertarlos o mantenerlos activos o reactivos como un medio de protección.
Los neurotransmisores se liberan y transportan el mensaje de las células nerviosas, uniéndose a las células de proteínas musculares. Esta unión indica a las células receptoras que actúen de cierta manera para que los músculos se muevan.
Reena Mehra, directora de investigación de trastornos del sueño en el Centro del Sueño del Instituto Neurológico de la Clínica Cleveland, en Estados Unidos, explicó que “el resultado es probablemente esa sensación de movimiento, caída o un tirón a medida que se estimulan los músculos. Cuando nos adormecemos, el tono muscular disminuye y, normalmente, cuando nos despertamos y nos ponemos en marcha, aumenta para empezar a caminar y mantener la postura”.
Es importante entender que dichos episodios, por más que en muchas veces despierten al ser humano e incluso los haga pasar momentos de insomnio, los movimientos al dormir no son considerados un trastorno del sueño. Experimentar sacudidas o espasmos nocturnos no se considera anormal ni motivo de preocupación, pero puede verse agravado por el consumo de estimulantes y por el estrés.