A inicios de 2025, una serie de panfletos distribuidos en Sinaloa encendieron las alarmas. En ellos se mencionaba a varios influencers como supuestos colaboradores financieros del crimen organizado, específicamente de la facción conocida como Los Chapitos. Entre los nombres figuraba Camilo Ochoa, mejor conocido como El Alucín.
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Comentario irónico en redes
Lejos de mostrarse preocupado, el influencer publicó un video en TikTok en el que se burlaba de haber sido incluido en la lista:
“Gracias a todos los que me dicen ‘ya estás en la lista’. Supongo que por las fechas pensaron en mí para un intercambio o una rifa. Bendiciones para todos.”
A pesar de que ya habían asesinado a otros personajes que circulaban en la lista, Camilo añadió:
“Me dicen que ya estoy en la lista, pero no me dicen cuándo. ¡Avísenme para saber si llevo un regalo también!”
Una figura polémica
Camilo Ochoa no era un influencer cualquiera. Además de su contenido en redes, su figura adquirió notoriedad por sus declaraciones en entrevistas, como la realizada por la periodista Adela Micha, donde admitió haber tenido vínculos con el narcotráfico en el pasado.
Esto lo convirtió en una figura controversial, algunos lo admiraban por su franqueza mientras que otros lo criticaban por su historial. Además, era hijo de Jaime Ochoa, fundador de la cadena de restaurantes El Pollo Loco, lo que aumentaba su visibilidad pública.
La muerte de Camilo Ochoa
El sábado 16 de agosto de 2025, Ochoa fue hallado muerto dentro de una vivienda en Temixco, estado de Morelos. Según informes oficiales, recibió varios disparos. Paramédicos confirmaron su fallecimiento en el lugar.
La Fiscalía General del Estado de Morelos ha iniciado una investigación en conjunto con autoridades federales. Testigos mencionaron haber visto a un hombre huir en un vehículo poco después del ataque. Hasta ahora, no hay detenidos ni sospechosos identificados públicamente.
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La lista que advierte y amenaza
El documento que circuló en enero no solo señalaba a Ochoa. También incluía a otros personajes conocidos como Markitos Toys y Peso Pluma, acusándolos de colaborar con estructuras delictivas. La advertencia era de que la ciudadanía debía dejar de consumir el contenido de estas figuras. Desde entonces, seis personas nombradas en ese volante han sido asesinadas.
El caso de Ochoa se suma a una preocupante lista de figuras públicas, en especial creadores de contenido, están siendo vinculadas, y posteriormente víctimas, de organizaciones criminales. La violencia, que antes parecía concentrarse en ciertas esferas, ahora alcanza al ecosistema digital y mediático.