La Marcha del Orgullo LGBTIQ+ no es solo una celebración, es una conmemoración de las luchas pasadas y un grito de resistencia ante los desafíos del presente. Así lo afirma Sofía Brito, activista lesbiana y miembro de la Fundación Diálogo Diverso, quien ha dedicado los últimos años a visibilizar y exigir derechos para las personas de la diversidad sexo-genérica en Ecuador.
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Una marcha con memoria y exigencias
Para Sofía, participar en la marcha es honrar a quienes abrieron camino con sus luchas y exigir al Estado condiciones de igualdad que aún no se garantizan plenamente.
Aunque se han logrado avances importantes, como el matrimonio igualitario o el reconocimiento del cambio de sexo en la cédula, persisten serias formas de violencia y discriminación en sectores clave como la salud, el trabajo, la educación y, de forma especialmente dolorosa, en los propios hogares.
“El siglo XXI y aún vivimos formas graves de exclusión. Nos discriminan no solo en el espacio público, sino también en el ámbito privado, donde deberían protegernos”, señala Sofia.
Activismo y lucha colectiva
Desde 2015, Sofía ha estado involucrada en organizaciones LGBTIQ+ y actualmente forma parte de Diálogo Diverso, una ONG que enfoca su trabajo en las personas en movilidad humana. También impulsa la red “Existimos”, un espacio para mujeres lesbianas, bisexuales y queer.
“La invisibilización también viene desde dentro del colectivo. El machismo y el patriarcado se reproducen incluso entre quienes luchamos por derechos”, denuncia.
En ese contexto, la campaña de este año para la Marcha del Orgullo tiene un mensaje claro: “Sin la T no hay LGBTIQ+”. Esta consigna busca reivindicar el lugar de las personas trans, especialmente las mujeres trans trabajadoras sexuales, entre las más violentadas y marginadas.
Retrocesos preocupantes y discursos de odio
Sofía alerta sobre un retroceso en los derechos de las personas LGBTIQ+ no solo en Ecuador, sino a nivel regional y global.
“Hay un auge de discursos antiderechos y de odio, que se han vuelto más visibles incluso en las campañas electorales”, explica.
Critica duramente el uso del término “ideología de género” por parte de políticos y autoridades, y subraya que esto ha impactado negativamente en la política pública, sobre todo en el sistema educativo.
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Además, señala la falta de políticas efectivas y la ausencia de justicia frente a crímenes de odio.
“El transfemicidio existe, pero el Estado no lo reconoce. Hay impunidad”, lamenta.
Una marcha para visibilizar y exigir
El próximo sábado 28 de junio, la Marcha del Orgullo en Quito será más que un desfile: será una jornada de visibilidad, resistencia y reclamos.
Desde las 9h00, en la Plataforma Gubernamental Norte, organizaciones como Diálogo Diverso, Furia Trans y la Red Existimos convocan a una jornada de carteleada y actividades artísticas. La marcha recorrerá la avenida Amazonas hasta el sector de la Mariscal, donde se realizará un festival cultural.
“Queremos que se entienda que esta marcha es de todas las personas, no solo de la comunidad LGBTIQ+. Invitamos a familias, aliados y ciudadanas y ciudadanos comprometidos con los derechos humanos a unirse”, concluye Sofía.
Y lanza un mensaje final:
