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Una simple llaga casi la mata: sobrevivió al mismo cáncer que mató a su esposo

Una llaga que no cicatrizaba fue clave para descubrir una fatal enfermedad.

Ya que estas pueden ser signo de cáncer de boca, informa Cancer Research de Reino Unido. Foto: Pinterest

En 2001, Sonia Aparecida Burin Bernardi vio cómo una pequeña lesión en la boca de su esposo derivó en una tragedia: cáncer bucal con metástasis que lo llevó a la muerte dos años después.

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Dos décadas más tarde, el pasado regresó para golpear su propia puerta, cuando notó una afta persistente bajo su lengua.

Sonia, jubilada y residente de Ribeirão Pires (São Paulo, Brasil), no esperó. Recordando la advertencia médica que la marcó años atrás —“una llaga que dura más de dos semanas debe investigarse”— acudió a consulta sin demora.

Así fue su diagnóstico de cáncer:

El primer estudio, una tomografía, no mostró nada anormal. Pero su insistencia llevó a que le realizaran una resonancia, donde apareció una lesión sospechosa. La biopsia confirmó el diagnóstico que temía: cáncer de boca, con metástasis en el cuello.

En la cirugía le extirparon el 20% de la lengua. Luego vendrían 30 sesiones de radioterapia, siete meses intubada, la pérdida total de sus dientes y una nueva vida con prótesis removible y rehabilitación fonoaudiológica.

El cáncer transformó su rutina, su manera de hablar y comer, y también su visión del sistema de salud.

“No quiero que nadie me toque la boca”, dijo, negándose a someterse a implantes tras la invasiva intervención. Pero también destaca los avances en el tratamiento: a diferencia de su esposo, ella recibió terapia láser durante la radioterapia para prevenir úlceras bucales, una opción que no existía hace veinte años.

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La mujer fumó por 50 años:

Sonia fumó durante casi 50 años. Dejó el cigarrillo un día antes de entrar al quirófano. Y aunque fue tarde, cree que eso le ayudó a enfrentar mejor el tratamiento.

Hoy, con voz pausada y limitada, se convierte en una vocera involuntaria de una causa olvidada: la detección temprana del cáncer bucal.

“El problema es que nadie habla de esto. No hay campañas, no hay orientación en los centros de salud”, denuncia.

Su testimonio también rescata el poder de la información. En 2012, logró identificar los síntomas del herpes zóster en sí misma gracias a un artículo de revista. Por eso insiste: educar salva vidas.

Según la Sociedad Brasileña de Radioterapia, el tabaquismo y el alcohol son las principales causas del cáncer bucal. También influyen factores como el consumo de líquidos muy calientes y la exposición solar —especialmente en labios—. Las lesiones que no cicatrizan, como llagas persistentes bajo la lengua o en las mejillas, son signos de alerta.

El cáncer de boca es uno de los pocos que puede detectarse a simple vista. Sin embargo, su diagnóstico muchas veces llega tarde. La intervención temprana puede ser la diferencia entre la vida y la muerte.

Sonia está viva porque no ignoró una señal. Su mensaje es claro: una simple lesión puede ser la primera alarma. No hay que callarla.

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