El conocido activista animalista Frank Cuesta ha sacudido a sus seguidores a nivel global al confesar que padece mitomanía, un trastorno que lo llevó a construir una imagen pública falsa.
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Su confesión
En un video, Cuesta admitió no ser veterinario ni herpetólogo, y que su santuario en Tailandia era una “granja” sin rescates reales.
Esta revelación coincide con su reciente detención por posesión ilegal de animales y acusaciones de su excolaborador, generando un debate sobre la autenticidad de su activismo.
Mitómano confeso
La confesión de su lucha contra la mitomanía ha convertido su historia en un escándalo mediático que cuestiona la credibilidad de una figura que alguna vez inspiró a muchos con su defensa animal.

Al escándalo mediático que trasciende fronteras se suman las acusaciones de su excolaborador en Tailandia, Chi, quien presentó una serie de audios que supuestamente evidencian la compra de animales y otras prácticas cuestionables en el santuario de Cuesta.