Hablamos con Mayra Tirira Rubio, Coordinadora de Acciones Legales Estratégicas y Abogada feminista litigante de Surkuna, para abordar el tema de la violencia económica y patrimonial.
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En primer lugar, nuestra invitada nos explicó que se trata de dos formas distintas de violencia: una está relacionada con el patrimonio, donde se retienen los bienes de la mujer, y la otra está vinculada a los ingresos familiares.
“Es la clásica violencia en la que el esposo dice: si tu te vas sabrás quien te mantiene”, señaló. Es decir, hay un chantaje emocional de por medio. En ambos casos, la pareja, especialmente el esposo, ejerce poder y dominación sobre la mujer.
“Es difícil superar porque se depende económicamente de la pareja”
Nuestra invitada destacó que esta forma de violencia es una de las más complejas, ya que resulta más difícil escapar de ella debido a su conexión con la violencia psicológica. Esto lleva a que estas situaciones sean consideradas como algo normalizado.
Es importante reconocer que estos casos ocurren en todos los estratos sociales. Sin embargo, en las clases sociales más bajas y en los sectores populares, esta violencia se agrava y pasa desapercibida.
“He recibido varios casos de esposas de funcionarios públicos”
Uno de los casos más frecuentes que Mayra ha atendido proviene de esposas de funcionarios públicos, como policías y militares, pues los esposos han solicitado préstamos y luego han dejado que sus esposas asuman parte de la responsabilidad del pago. “El esposo firma el préstamo, pero la deuda es de ambos”, mencionó.
¿Qué debemos hacer en estos casos?
Aunque es poco probable que las mujeres denuncien este tipo de violencia, Mayra señala que pueden presentar una denuncia en las Unidades Judiciales de Violencia Contra la Mujer o en la Junta Metropolitana de Protección de Derechos de la Mujer y el Adulto Mayor.
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Además, las mujeres pueden solicitar una pensión de subsistencia temporal como medida de protección, sin necesidad de presentar pruebas. También pueden optar por solicitar una medida de alimentos congruos, a través de un proceso legal independiente, en el cual se debe demostrar los ingresos de la pareja y se calculará un porcentaje que se destinará a la mujer.
“La esposa tiene derecho a mantener el mismo nivel de vida que tenía mientras estaba con su esposo”, mencionó Mayra. Esto significa que una mujer que se ha dedicado al trabajo de cuidado puede solicitar una pensión alimenticia a su esposo, siempre y cuando sigan casados.
Es importante tener conocimiento sobre estos temas, ya que están profundamente arraigados en nuestra sociedad actual. ¡Tomemos conciencia y actuemos!
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