Las noticias de Afganistán, cayendo en manos de los talibanes a mediados del 2021 impactaron al mundo por lo que significaría con el transcurso de los meses. Esto era una eventualidad temida, luego de que comenzarán a ganar terreno en todo el país, impulsado por la retirada de las fuerzas armadas de los Estados Unidos y el Reino Unido. Sin embargo, nadie esperaba que sucediera tan rápido.
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Muchas personas intentaron huir del país, algunas fallecieron y otras tuvieron que quedarse sin opción y a sabiendas de que la situación sería más complicada.
Quizá nadie temía más el regreso de los talibanes que las mujeres de Afganistán y es que los avances que han tenido en sus derechos durante los últimos 20 años, han desaparecido de la noche a la mañana.
Semanas después de tomar el poder en agosto de 2021, los talibanes impusieron un nuevo código de vestimenta y segregación de género para las mujeres en las universidades y colegios de Afganistán.
El Ministerio de Educación de los talibanes ordenó que todas las estudiantes, maestras y personal femenino deben usar un burka que lo abarque todo o una túnica abaya islámica y un niqab que cubra el cabello, el cuerpo y la mayor parte de la cara. Las clases también deben estar segregadas por género, o al menos divididas por una cortina. Las alumnas deben ser instruidas únicamente por otras mujeres.
Ahora ha trascendido que el Ministerio de Educación Superior de Afganistán, dirigido por los talibanes, ha dicho que a las mujeres no se les permitirá el acceso a las universidades del país hasta nuevo aviso.
Una carta, confirmada por un portavoz del Ministerio de Educación Superior el martes, instruyó a las universidades públicas y privadas afganas a suspender el acceso a las estudiantes de inmediato, de acuerdo con una decisión del Gabinete.
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En redes sociales han circulado imágenes de mujeres llorando ante el nuevo mandato sin embargo, han demostrado que no dejarán que el gobierno “las desaparezca” de la sociedad.
El acceso a la educación universitaria ha sido uno de los grandes avances para las mujeres que ahora organizan protestas contra las amplias restricciones del grupo militante sobre las mujeres.
En respuesta, los talibanes han tomado medidas enérgicas contra varios campus universitarios en todo el país, disolviendo violentamente manifestaciones y expulsando a estudiantes acusados de activismo político.
Estudiantes hombres de la Universidad de Nangarhar han impactado a todos al mostrar su apoyo a sus compañeras, saliendo de sus exámenes en protesta por la prohibición de educación para las mujeres, mientras alumnas los aplaudían desde afuera.
Con la reciente celebración del Mundial de Futbol en Qatar, donde que restringe casi por completo los derechos humanos de las mujeres, la sociedad ha estado más al tanto de las faltas en aquellas regiones árabes.
Basta con recordar que este 2022, mujeres iranís se han levantado en contra del gobierno por la muerte de Mahsa Amini de 22 años en manos de la policía moral del país. Según testigos presenciales, “fue golpeada violentamente” mientras estaba siendo trasladada a la fuerza al centro de detención de Vozara en Teherán luego de ser detenida por llevar el velo mal puesto.
Por si fuera poco, la supuesta condena a muerte del futbolista iraní Amir Nasr Azadani por mostrar su apoyo a las mujeres de su país, ha encendido la alerta.
La desaparición de la mujer
La fotógrafa yemení Boushra Almutawakel ha hecho reflexionar al mundo sobre las condiciones de vida de la mujer en contextos donde se impone el fanatismo religioso. La imagen, titulada “Mother, Daughter, Doll” (Madre, hija y muñeca) es parte de un compilado llamado «The Hijab Series» y fue tomada en 2010 pero es ahora cuando ha adquirido una fuerza significativa ante los ojos del mundo.
