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‘Enola Holmes 2′: la historia real que inspiró la película de Netflix

La película con Millie Bobby Brown cuenta con un personaje secundario basado en una persona real

La película 'Enola Holmes 2' tiene un mensaje empoderador

La inteligente, aventurera y tenaz hermana menor de Sherlock Holmes regresó a la gran pantalla con un nuevo misterio que resolver en Enola Holmes 2, una secuela recién estrenada en Netflix.

No obstante, aunque se trata de ficción, la película de aventura detectivesca se inspira y recrea de manera ficticia un hecho histórico real que cambió los derechos laborales y de las mujeres en Inglaterra.

En la trama, Enola comienza a investigar la desaparición de Sarah Chapman, una mujer que trabaja en una fábrica de fósforos en el South Bank de Londres, tras ser contactada por su hermana.

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La investigación la lleva hasta las altas esferas de la ciudad en la época victoriana y descubre que el caso está envuelto en una enrevesada conspiración que se desarrolla en la industria cerillera.

Las mujeres de clase trabajadora en ese momento histórico sufrían impotentes frente a sus ambiciosos gerentes mucho más interesados en las ganancias que en su seguridad laboral.

En la vida real, Chapman existió y encabezó eventos similares a los mostrados en la trama. Obviamente, Enola no fue parte de estos, pero lo impulsado por Sarah sí aconteció.

A continuación, te contamos quién fue ella y cómo es su verdadera historia presentada con libertades artísticas en la trama de Enola Holmes 2. Eso sí, te advertimos que hay spoilers adelante.

Enola Holmes 2

La inspiradora historia real detrás de Enola Holmes 2

Sarah Chapman fue una organizadora clave de la histórica huelga de cerilleras (Matchgirls’ strike) en la fábrica de fósforos Bryant and May en Bow, Londres, el 5 de julio de 1888.

La iniciativa, tal como se describe en el desenlace de la película Enola Holmes 2, fue “la primera acción industrial jamás realizada por mujeres para mujeres”.

De acuerdo a un artículo para el Museo de Historia Popular escrito por Sam Johnson, la bisnieta de Chapman, su bisabuela nació en Mile End, en el este de Londres, en 1862.

A los 19 años, Sarah ya trabajaba como maquinista en la fabricación de fósforos. Más adelante, fue parte integral de la huelga. Así como también varios de los primeros sindicatos en Inglaterra.

Ella se unió a Alice Francis, Mary Cummings, Kate Sclater, Mary Driscoll, Eliza Martin, Jane Wakeling y Mary Naulls para crear el Comité de huelga del Sindicato de Mujeres Fabricantes de Cerillas.

Asimismo, en noviembre de 1888, asistió con el comité sindical al Congreso de Sindicatos Internacionales en donde fue una de 10 mujeres en asistir entre 500 personas.

Así fue la huelga de las cerilleras, el hecho en el que se basa Enola Holmes 2

A finales del siglo XIX, las mujeres y niñas empleadas en la fábrica de fósforos Bryant and May padecían condiciones laborales sumamente malas, de acuerdo a la BBC.

No solo laboraban en horarios de trabajo extensos por salarios míseros, sino que además sufrían reducciones de su pago a causa de duras multas por cosas como llegar tarde o usar el baño.

Aparte de todo, trabajaban con el equipo que ellas mismas costeaban y, así como en Enola Holmes 2, estaban expuestas a peligros de salud al manipular el fósforo blanco para las cerillas.

El contacto con esta sustancia química sin la debida protección tiene graves consecuencias, siendo una de las más dolorosas una forma de necrosis en la mandíbula llamada fosfonecrosis.

En la película protagonizada por Millie Bobby Brown, hay una escena en la que a una joven se le niega el trabajo por esta condición, aunque el capataz asegure, falsamente, que se trata de tifus.

Según reportes periodísticos de la época, citados por Mashable, los propietarios William Bryant y Francis May no informaron sobre los casos de envenenamiento por fósforo en su fábrica.

Es más, los ocultaron y reprimieron. Al mismo tiempo, ellos se enriquecían con las ventas de los fósforos fabricados a expensas de la salud de sus trabajadores.

De acuerdo a The Matchgirls Memorial, la organización socialista The Fabian Society orquestó una reunión el 15 de junio. En esta, Henry Hyde Champion expuso las exorbitantes ganancias que Bryant y May obtenían mientras sus empleadas padecían necesidades y propuso un boicot.

En la fábrica, comenzaron a surgir disturbios y Annie Besant, la activista por los derechos de las mujeres, se reunió con las trabajadoras fuera de su sitio de trabajo para conversar.

En ese encuentro, escuchó sus experiencias. Luego, redactó un artículo sobre las condiciones de trabajo en la fábrica que fue publicado en el periódico The Link el 23 de junio de 1888.

Según la Biblioteca Británica, la empresa Bryant y May intentó que las trabajadoras salieran a desmentir el informe, una petición a la cual se negaron rotundamente a cumplir.

No obstante, el movimiento no se encendió sino hasta después de que una de las empleadas fuera despedida. Así fue que, el 5 de julio de 1888, unas 1400 mujeres y niñas dieron inicio a la huelga.

Juntas salieron a manifestarse en protesta por el despido, pero también por el maltrato en el lugar de trabajo en general.

¿Qué aconteció tras la huelga de las cerilleras?

La huelga de las cerilleras abrió el debate en Inglaterra e impulsó el crecimiento del movimiento sindical por los derechos de los trabajadores.

Además, tal como se reseña en el desenlace de Enola Holmes 2, la huelga “mejoró sus condiciones de trabajo para siempre”.

De acuerdo a The Matchgirls Memorial, luego de la protesta, unas 200 mujeres y niñas aproximadamente, caminaron hasta la oficina de Annie Besant.

Una vez ahí, tres mujeres hablaron sobre la formación del Comité de huelga de Mujeres Fabricantes de Cerillas: Mary Naulls, Mary Cummings y Sarah Chapman. El 8 de julio, la junta se fundó.

Por supuesto, la huelga llamó la atención de la prensa y Besant llevó a 56 de las trabajadoras a reunirse con los parlamentarios en la Cámara de los Comunes el 10 de julio.

Tan solo una semana después de los eventos, el Comité de huelga y el London Trades Council se reunieron con Bryant y May. El fin era llegar a un acuerdo con nuevos términos.

Las cláusulas comprendían la eliminación de las multas, la recontratación de todas las mujeres, suministro de herramientas por parte de la empresa, un comedor y la formación de un sindicato.

Desde entonces, se ha prohibido el uso de fósforo blanco en la elaboración de cerillas; sin embargo, según Mashable, Bryant y May tardaron más de 10 años tras la huelga para dejarlo.

Los eventos tuvieron un gran impacto en el movimiento sindical del país. Mientras, en la Union of Women Matchmakers, se eligieron 12 mujeres entre las que estaba Sarah Chapman.

No mucho después, de acuerdo a London remembers, el mencionado grupo cambió de nombre a Matchmakers Union para incluir a los trabajadores hombres.

Finalmente, el pasado 5 de julio, el English Heritage colocó una placa para conmemorar la huelga que estas valientes mujeres dirigieron en la antigua sede de Bryant and May.

Enola Holmes 2 está disponible en Netflix desde el pasado 4 de noviembre.

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