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Mall El Jardín: 30 años de historia, innovación y compromiso con Quito

Gabriela Muñoz, gerente de Marketing de Mall El Jardín, cuenta cómo este centro comercial celebra tres décadas de historia apostando por la sostenibilidad, el arte y la experiencia del cliente.

Gabriela Muñoz, gerente de Marketing de Mall El Jardín
Gabriela Muñoz, gerente de Marketing de Mall El Jardín (Metro Ecuador)

Mall El Jardín, filial de Corporación Favorita, cumple 30 años de historia desde su fundación en 1995, consolidándose como un referente de innovación, sostenibilidad y experiencias memorables en la capital.

Este centro comercial cuenta con 178 locales y una tasa de ocupación del 100%. Recibe 800 mil visitantes mensuales, equivalentes a 9,6 millones de personas al año. Entre sus hitos están la creación de Indoors Gallery en 2006, los programas de reciclaje con la Fundación Hermano Miguel desde 2008, y la implementación de vajilla reusable en 2022. Su compromiso para los próximos 10 años es continuar siendo un motor económico, cultural y social para Quito.

¿Cómo describiría este aniversario y los hitos que han marcado la historia reciente del centro comercial?

Para Mall El Jardín, este aniversario es muy especial. Cumplimos tres décadas en el mercado, una trayectoria que refleja evolución, compromiso y cercanía con la ciudad. Durante este tiempo hemos impulsado proyectos que van más allá de lo comercial. Destaco tres ejes fundamentales: sostenibilidad, cultura y experiencia del cliente.En sostenibilidad, mantenemos una alianza con la Fundación Hermano Miguel, a la que entregamos kilos de cartón y material PET. Estos materiales son vendidos por la fundación para financiar terapias de lenguaje y rehabilitación física a personas que las necesitan. Además, implementamos el uso de vajilla reusable en el patio de comidas, evitando más de 13 millones de desechables, lo que equivale a dos piscinas olímpicas llenas de plástico.

En estos 30 años, el centro comercial ha sabido reinventarse. ¿Cuáles han sido las transformaciones más importantes?

Desde 2019 hemos trabajado en una remodelación integral, que incluyó la fachada, los interiores y el mix comercial, todo mientras manteníamos el mall operativo. Actualmente estamos ejecutando una ampliación en el nivel cero, donde incorporaremos diez nuevos locales de servicios. Estos cambios son una muestra de que Mall El Jardín no se detiene: evoluciona con la ciudad, escuchando a sus clientes y anticipándose a sus necesidades.


¿Cómo influye su ubicación en el corazón financiero de Quito?

Estamos ubicados en las avenidas Amazonas y República, una zona estratégica que nos conecta con el movimiento económico y corporativo de la capital. Recibimos alrededor de 22 mil personas al día, muchas de ellas profesionales que trabajan en el sector y encuentran en el mall un punto de encuentro para almorzar, tener reuniones o realizar compras. Además, nuestra oferta diversificada hace que puedan resolver todo en un solo lugar: gastronomía, servicios, compras, arte y cultura.

Gabriela Muñoz, gerente de Marketing y Soledad Garcés, gerente general Mall El Jardín.
Gabriela Muñoz, gerente de Marketing y Soledad Garcés, gerente general Mall El Jardín. (Cortesía)

La sostenibilidad es un pilar en la gestión del mall. Además de la alianza con la Fundación Hermano Miguel y la vajilla reusable, ¿qué otras acciones han desarrollado?

Hemos impulsado una cultura de sostenibilidad desde hace más de una década. Contamos con un Departamento de Seguridad Ambiental que promueve campañas de reciclaje, ahorro energético y manejo responsable de residuos. Además, buscamos que las marcas que se incorporan a nuestro mix compartan esta visión de responsabilidad ambiental y social.

En lo cultural, Mall El Jardín ha sido pionero en convertir los espacios comerciales en lugares para el arte. Cuéntenos sobre Indoors Gallery.

Este es un proyecto que nos llena de orgullo. Indoors Gallery es una iniciativa que transforma al mall en una galería abierta, donde artistas locales pueden exponer su trabajo: pintura, fotografía, murales, esculturas y otras disciplinas. No solo damos espacio al arte, sino que también sorprendemos a los visitantes con experiencias inesperadas. Creemos que los centros comerciales deben ser más que lugares de transacción: son espacios para conectar, inspirar y convivir.

La Navidad siempre ha sido un momento especial para Mall El Jardín. ¿Cómo se ha convertido el árbol navideño en un símbolo de la ciudad?

Decimos con orgullo que no es el árbol de Mall El Jardín, sino el árbol de Quito. Cada año, cuando la gente nos ve instalándolo, dicen: “ya empezó la Navidad”. Es un hito que forma parte del paisaje urbano y de la memoria colectiva de la ciudad. Lo hacemos con mucho cariño, renovando su diseño y temática cada año.

En términos económicos, ¿cuál ha sido el impacto de Mall El Jardín en la ciudad?

Actualmente generamos 62 empleos directos y más de 2.000 empleos indirectos, lo que refleja nuestro aporte al dinamismo productivo de Quito. Actualmente, recibe cerca de 800 mil visitantes mensuales, lo que equivale a 9,6 millones de personas al año, y ha registrado desde 2022 un crecimiento sostenido del 20% en su afluencia anual.

Mall El Jardín también ha apostado por apoyar el emprendimiento local. ¿Cómo se refleja esto en su gestión?

Contamos con un proyecto llamado Little Market, donde emprendimientos ecuatorianos pueden mostrar sus productos dentro del mall. Esta iniciativa nació tras la pandemia, cuando vimos el auge del comercio local y la necesidad de dar visibilidad a pequeños productores. Nos enorgullece ser una vitrina para estos negocios y contribuir a la reactivación económica del país.

Mirando hacia el futuro, ¿cuáles son los objetivos de Mall El Jardín para la próxima década?

Queremos seguir siendo un espacio de experiencias y de comunidad. Mantenernos como un referente de sostenibilidad, de innovación comercial y de arte urbano. La ampliación actual del nivel cero es solo el comienzo: proyectamos nuevos espacios, nuevas marcas y nuevas formas de conectar con las personas. También queremos continuar fortaleciendo los lazos con Quito, siendo un oasis en medio de la ciudad, donde cada visitante se sienta seguro, inspirado y bienvenido.

Finalmente, en este aniversario, quiero agradecer a las personas. Un centro comercial sin gente es un espacio vacío, sin vida. Son los visitantes quienes le dan sentido a nuestro trabajo. A ellos les decimos gracias por acompañarnos durante estos 30 años. Seguiremos comprometidos con proyectos sociales, culturales y ambientales, apostando por Quito y por el país.

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