JETA emergió en el ambiente gastronómico de Quito hace casi un año. Su autenticidad y propuesta la hizo ganadora del primer lugar en la categoría Smash del Burger Show 2025, un festival que redefine lo que significa comerse una hamburguesa en Ecuador.
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Detrás del éxito están Jonathan Burnham y Raquel Oliver, una pareja que, tras dirigir la marca Smash Corner, decidió replantear su rumbo. “Sentíamos que Smash Corner había alcanzado su pico, y no nos sentíamos cómodos con una marca pensada solo para agradar al mercado”, relata Jonathan. Así surgió JETA, un concepto nacido en libertad creativa, identidad personal y un estilo con acento español.
La esencia de JETA
JETA no es solo un nombre curioso. Es una filosofía. “Es un término español que hace referencia a una actitud intrépida, irreverente pero elegante. Es ese ‘pelucón’ disruptivo que no renuncia al estilo”, explica su fundador. Esa actitud se plasma tanto en sus recetas como en el diseño arquitectónico de sus locales: espacios cuidados, sabores de primera, una experiencia que mezcla lo urbano con lo sofisticado.

Y el resultado no pasó desapercibido. En el Burger Show 2025, su hamburguesa llamada “Resistencia” conquistó al exigente jurado. El secreto: una combinación de queso manchego, jamón serrano, entre otros ingredientes que dio como resultado una apuesta ibérica.
“No tratamos de encajar en el medio, preferimos ser auténticos”, afirma. La respuesta ha sido contundente: clientela fiel, filas para probar la hamburguesa ganadora.
Lo que viene para JETA
Actualmente, JETA opera desde su local en Quito, pero también ha comenzado operaciones en Guayaquil como Dark Kitchen a través de Rappi. Aunque su plan de expansión a locales físicos fuera de la capital sigue bajo reserva, la marca deja entrever que el crecimiento es parte de su ruta.