El banano ecuatoriano no tiene competencia en Rusia, donde copa hasta el 94 % de mercado, y los exportadores del Ecuador están decididos incluso a reforzar su ya aplastante liderazgo, según señalaron en la feria de alimentación WorldFood 2017 inaugurada hoy en Moscú.
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«Aspiramos a seguir fortaleciendo nuestra presencia aquí. Rusia es para nosotros un país muy importante y estratégico», dijo a Efe el director de la Asociación de Exportadores del Banano del Ecuador (Acrobanec), Richard Salazar. La patronal dirigida por Salazar firmó hoy en Moscú un memorándum de entendimiento con la Asociación de importadores de frutas y verduras de Rusia, un marco que busca mejorar la ya excelente cooperación entre los dos países en el ámbito del comercio agroalimentario.
«Rusia representa alrededor del 24 por ciento del total de exportaciones del banano de Ecuador», subrayó Salazar la importancia del mercado ruso para su país. El embajador ecuatoriano en Moscú, Julio Prado Espinosa, explicó que pese al dominio actual del plátano ecuatoriano, «con la firma del memorándum queremos consolidar las exportaciones del banano a Rusia, y además, acrecentar ese flujo».
«Entre el 92 y el 94 por ciento del mercado de plátano en Rusia lo copa Ecuador. Esperamos crecer un 3 por ciento este año y hay que destacar que se ha crecido tanto en ventas como en volumen de negocio», agregó. Prado Espinosa destacó que el plátano ecuatoriano ha logrado mantenerse y seguir creciendo en Rusia «pese a la crisis que hay en el mercado del banano en todo el mundo, debida a la sobreoferta de productores».
La Oficina Comercial del Ecuador en Moscú (ProEcuador) también quiere aprovechar la sinergia de los exportadores del banano para impulsar en Rusia las «chips de plátano», conocidas en el país suramericano como chiflas. «Tienen un gran potencial en Rusia, como hemos comprobado en las degustaciones organizadas» en este país, aseguró Prado Espinosa. Cerca de 1.500 firmas de 64 países de todo el mundo han traído sus productos a la WorldFood Moscow 2017, la segunda feria de alimentación más importante de Rusia que es visitada todos los años por más de 30.000 personas entre empresarios y particulares.
El mercado de la alimentación ruso vive desde hace tres años un cambio histórico marcado por la adopción por parte de Rusia de un embargo a productos perecederos procedentes de la Unión Europea (UE), Estados Unidos, Japón, Australia y Canadá, entre otros. El embargo, prorrogado este verano hasta finales de 2018, restringe las importaciones de frutas y verduras, carnes, pescados y lácteos desde los países que mantienen sanciones económicas contra Moscú por su apoyo a los separatistas prorrusos del este de Ucrania.
El cierre del mercado de alimentos perecederos a todo Occidente ha abierto las puertas a nuevos productores, entre ellos muchos países de América Latina, y ha impulsado el sector agroalimentario interior, uno de los pocos que crece en la actual situación económica.