Un angustioso suceso tuvo lugar en una lavandería cercana a la ciudad de El Havre, en norte de Francia, cuando un padre de familia tuvo la desafortunada idea de meter a su hijo de tres años en el interior de una lavadora para tomarle una foto, informa la agencia AFP.
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Según relata la agencia, el hombre tenía intención de hacerle una foto al niño a través de la ventanilla de la puerta, pero, una vez cerrada esta, comprobó con pánico que le era imposible volver a abrirla.
El irresponsable progenitor ignoraba que la puerta de la máquina estaba diseñada para bloquearse automáticamente al cerrarse a la espera de que el cliente realizara el pago por el servicio.
Ante la desasosegante situación, tuvieron que llamar a los bomberos, quienes no encontraron otra solución que romper la puerta de la lavadora, para enojo del responsable del local.
La Policía también hizo acto de presencia en el lugar, ubicado junto a un gran centro comercial, y abrió una investigación sobre lo ocurrido, mientras que el niño fue trasladado a un hospital para examinar su estado de salud.
El fiscal de El Havre, François Gosselin indicó a la agencia que «no existió un maltrato voluntario», y que, por lo tanto, no cree que se produjera una infracción penal en este sentido. Sin embargo, la lavandería presentó una denuncia formal contra el padre del menor por los daños causados a su propiedad.