Las orcas que viven en cautividad sufren serios daños en su dentadura por la constante mordida a las barras de metal y piezas de cemento, publica este jueves 12 de octubre un estudio en el que participan científicos neozelandeses.
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Los expertos, que analizaron los casos de 29 orcas propiedad de una empresa en Estados Unidos y España, concluyeron que la totalidad de ellas tienen dañadas sus dentaduras, publica la revista científica «Archives of oral biology».
Un 65 por ciento de los especímenes estudiados sufre un desgaste, que dista de moderado a extremo y un 60 por ciento debió someterse a una intervención dental.
«Una vez que el diente se desgasta hasta el punto en que se expone la pulpa se abre paso a las enfermedades y las infecciones», explicó la coautora del estudio, Carolina Loch de la Universidad de Otago, en la ciudad de Dunedin (Isla Sur), en declaraciones a Radio New Zealand.
Las cavidades que se dejan abiertas requieren ser limpiadas con químicos para evitar infecciones, mientras que los dientes que son perforados para extraer el tejido de la pulpa que se encuentra dentro de estas piezas óseas se debilitan y se rompen con mayor facilidad.
«Hemos registrado que más del 60 por ciento del segundo y tercer diente de la mandíbula inferior está roto y esta cifra tan alta está vinculada a las perforaciones», agregó.
El autor principal del estudio, John Jett, de la Universidad Stetson, en Florida (EEUU), remarcó que los daños en la dentadura de las orcas comienzan desde temprana edad cuando están en cautiverio.
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Esos daños pueden provocar mortalidad en las orcas o el sometimiento a terapias con antibióticos crónicos que debilitan su sistema inmunológico, lo que implica además que los animales no puedan sobrevivir a una eventual liberación en su hábitat natural, según el estudio. EFE
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