Las sospechas de compra de seguidores en Facebook y Twitter para favorecer la candidatura de Los Ángeles en los Juegos Olímpicos de 2024 exponen una técnica que diversos negocios y marcas usan regularmente con el objetivo de alcanzar popularidad y notoriedad.
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¿Se pueden comprar falsos seguidores en Internet?
Tecleando «compra de seguidores» en Internet varias páginas web ofrecen la posibilidad de aumentar, previo pago, la popularidad de perfiles en redes sociales como Twitter o Facebook, así como de aumentar el número de visitas de vídeos en YouTube. A través de estos servicios se pueden obtener desde centenares a millones de seguidores, en función de la cantidad de dinero que se abone.
¿Cómo funciona la compra de seguidores?
Las páginas que ofrecen estos servicios crean identidades digitales falsas -los llamados ‘bots’- a través de un programa informático.
Los perfiles también pueden pertenecer a personas reales de cualquier parte del mundo que se prestan a ello a cambio de pequeños regalos (retribuciones, concursos o acceso a contenidos)
En la página francesa www.acheter-des-fans.com, por ejemplo, 1.000 abonados cuestan 28 euros para Facebook y nueve euros para Twitter.
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¿Quién compra falsos seguidores?
Desde agencias de comunicación a ‘community managers’, pasando por abogados, centros comerciales u organizaciones sin fines de lucro.
¿Por qué comprar seguidores?
Para las pequeñas y medianas empresas puede ser un buen recurso para parecer creíbles, pero para las grandes corporaciones el número de seguidores o abonados no es tan importante. Lo que los anunciantes buscan, de hecho, es «compromiso» (la interacción entre una cuenta determinada y sus seguidores a través de comentarios o compartiendo contenidos).
En cualquier caso, según los profesionales del sector, solo los profesionales se centran en dicho compromiso; con lo que se queda el gran público, efectivamente, es con el número de abonados de una cuenta.
¿Hay un marco legal que lo sancione?
A pesar de que las condiciones de utilización de Facebook, Twitter o YouTube lo prohíben, la compra de seguidores no está penalizada por la ley.
«No compre falsos ‘Me gusta’, a la larga perjudicarán a su empresa», avisa en su página web Facebook a sus clientes.
«Cuando detectamos una actividad fraudulenta, hacemos todo lo posible por controlarla. Bloqueamos cuentas y suprimimos las falsos ‘Me gusta’, entre otras medidas», precisa la red social.
¿Cómo reaccionan las redes sociales?
Twitter, Facebook y otras redes sociales cuentan con herramientas automatizadas, así como personal humano, para detectar y suprimir las cuentas falsas o inactivas. En Internet, páginas como ‘Social Bakers’, ‘Twitter Audit’ o ‘Status People’ ofrecen una evaluación de los porcentajes de perfiles falsos en Twitter. Sin embargo este tipo de herramientas pueden considerar como falso una cuenta pasiva en Twitter, donde el 40% de los clientes no escribe tuits y se dedica simplemente a leer.
En 2014, Instagram, la red social de fotos propiedad de Facebook, suprimió millones de cuentas falsas, lo que hizo perder un gran número de seguidores a estrellas como Justin Bieber, Kim Kardashian o Beyoncé.
La razón de esta medida fue la llegada a Instagram de la publicidad, lo que obligó a la red social a ser irreprochable en sus cifran a fin de no engañar a los anunciantes.
AFP