Juan y Mónica empezaron su historia de amor un sábado. Él la invitó a comer y aprovechó para pedirle, ‘formalmente’, que salieran juntos.
PUBLICIDAD
Acto seguido, Juan pidió la contraseña Wi-Fi del lugar para repetir tal petición en facebook. Ella aceptó en la ‘vida real’ y en la ‘vida virtual’.
De esa petición han pasado 13 meses y hace un mes, Mónica compartió el recordatorio del aniversario en Facebook. Ella pertenece al 68,8% de adolescentes, entre 12 a 17 años, que usa redes sociales en un aproximado de 6 horas al día en Ecuador. Así lo confirma el Instituto Nacional de Estadística y Censo (INEC) en sus cifras.
Juan, en cambio, es parte del 71,7% de jóvenes entre 18 a 24 años que dedica más de 8 horas al día a redes sociales en el país, según el INEC.
Antes de la ‘declaración de amor’ en aquel almuerzo, Juan y Mónica ya eran amigos de Facebook. Sin embargo, este fue todo un acontecimiento para Mónica.
Ella, en tres pasos, explica qué hizo antes de aceptar a Juan entre sus amigos.
- Fotos: Vio las ‘pics’ de Juan. Claro, aquellas que el galán dejaba como públicas. Mónica recuerda una foto en la que Juan lucía un corte de cabello raro. «Se la enseñé a mi amiga y nos reímos juntas”
- Amigos en Común: Mónica, con un espíritu de detective, empezó a ver qué amigos tenían en común. Según ella, “para ver quién del ‘cole’ le cachaba”. Ahí no quedó todo. Como una experta de CSI, encontró más información de Juan. Entre ellos, datos importantes como: si tiene una relación, fecha de cumpleaños, parientes, lugares donde estudió y allí, según Mónica, se dio cuenta que desde hace dos años iban al mismo colegio.
- Aceptar la invitación: Se espera un tiempo prudencial para aceptar aquella solicitud. Mónica tiene su teoría y la explica así: “tiene que ser unas horas, más o menos siete, para que no crea que le doy importancia”, lo dice entre risas. Eso sí, confiesa que tenía muchas ganas de responder aquella petición virtual de todos modos.
En el 2015, Facebook se convierte en la red social preferida por los ecuatorianos. El INEC demuestra que para aquellos que utilizan un teléfono inteligente, el 85,2% incide en Facebook, seguido por la red de mensajería WhatsApp.
PUBLICIDAD
En lo que amor se refiere, Facebook Data Science realizó un estudio entre el 11 de abril del 2010 y 21 de octubre del 2013. Según esa información, antes iniciar un noviazgo, la futura pareja alcanza un promedio de 1.67 entradas en las que se etiquetan mutuamente cada 12 días.
Sin embargo, cuando la relación comienza (Día 0 en la gráfica) esa cifra llega al mínimo de 1.53 publicaciones, por cada 85 días. El equipo propone que esto se debe a que la comunicación en Facebook disminuye para dar paso a interacciones en el mundo real.
“Las redes sociales están en el marco de lo que llamamos la sociedad del espectáculo”, explica Pablo Romero, especialista en juventud y sociedad en América Latina.
Romero rescata el rol que actualmente cumple internet en la vida diaria de los jóvenes (en este caso entre Mónica y Juan) pero también contrasta con lo que representa la “dictadura de la felicidad”.
Es decir, aquel deseo de intentar alcanzar bajo cualquier situación ese estado tan subjetivo que representa la felicidad, así sea a través de la publicación de la vida personal en el espacio virtual.
Pero el lenguaje, en redes sociales, también cambia. Los mensajes van acompañados de emoticones. Ellos, tienen una razón de ser: generar sentimientos a las palabras.
En base a esa teoría, Mónica es el mejor ejemplo. El primer mensaje no llegaba. Mónica empezó a angustiarse. Al preguntarle: ¿por qué no tomaste la iniciativa? ella sonrió y movió su cabeza de un lado a otro, como símbolo de negación:
eso deben hacer los chicos”
Romero analiza el comportamiento como especialista. Según él, las redes han despersonalizado las relaciones interpersonales. Es decir, por más gráfico que sea un emoticón, la imagen no expresa la calidad de la comunicación en su globalidad.
De hecho, el primer mensaje de Juan para Mónica incluía uno de estos ‘emojis’: «Hola, ?». Para la joven, la existencia de esta «carita feliz» hacía más cálido el saludo.
Romero hace un análisis más exhaustivo de cómo actúan los jóvenes en sus redes sociales. Para él, se excluye elementos no verbales y eso, a su parecer, “le ha restado valor al concepto de la palabra”.
Ligia Vizuete, psicóloga clínica, coincide con Romero. Ella afirma que es importante que la pareja despierte los sentidos, ese contacto físico, esa atracción no se reemplaza con fotografías virtuales.
Juan y Mónica llevan 13 meses como enamorados. A partir de ese momento muchas han sido las fotografías en las que se han etiquetado en Facebook.
Cada una de esas imágenes han sido aceptadas por la comunidad de amigos con un Like. La ‘poesía’ o los ‘mensajes de amor ya no son con notitas en papel; al contrario son palabras que fueron colocadas en los muros de Facebook.
Pero, ¿a qué se debe estas muestras de amor públicas?
Vizuete explica que el ser humano, por naturaleza, es un animal social. A su parecer, las personas buscan expresar sus sentimiento y sentirse acompañados. Es decir: “que alguien se preocupe por nosotros”.
En base a esa teoría, Vizuete afirma que Facebook se convierte en un desfogue de sentimientos. La psicóloga añade que las relaciones en Facebook caen en el aspecto público. Es decir, en el muro de la red social se muestran los momentos buenos y malos que atraviesa la relación. Incluso se pierde la intimidad en la resolución de los problemas.
Monica y Juan, según Vizuete, son la muestra de la evolución del amor en redes sociales, en este caso en Facebook. Ellos, según la especialista, transformaron las serenatas en canciones compartidas en el muro de la red social desde YouTube y las fotos, en los portarretratos, fueron sustituidas por una ‘selfie’ compartida para ‘ganar’ likes de sus amigos…