Cuando el año pasado el FBI le pidió a Apple que le otorgara acceso al iPhone de uno de los atacantes de la masacre de San Bernardino, la compañía se negó a hacerlo.
Así fue que acudieron a Cellebrite, una empresa israelí especializada en seguridad para poder conseguir estos datos. Y gracias a ellos lograron desencriptar el iPhone en cuestión.
El problema es que un hacker asegura haber ingresado a los servidores de Cellebrite.
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De este modo, habría obtenido información clave que le permitiría poder vulnerar cualquier iPhone como el 5C empleado en el ataque de Bernardino, e incluso varios modelos de Android y BlackBerry, según publicó MacRumors.
El hacker, en diálogo con Motherboard, advirtió sobre el riesgo de crear dispositivos que pueden obtener información privada; ya que, si los datos caen en manos equivocadas, los usuarios quedan totalmente expuestos.
«El debate en torno a las puertas traseras no va a desaparecer, sino que se intensificará a medida que nos convertimos en una sociedad cada vez más autoritaria», destacó.
Para demostrar que realmente accedió a los archivos, el atacante publicó ciertos datos cifrados en la web Pastebin, con el siguiente mensaje: «FBI, cuidado con lo que desean».
De todos modos, desde Cellebrite remarcaron que el contenido sólo tiene información limitada y no incluye el código fuente, según reseña Infobae.