No hay un orgasmo igual a otro y aunque no haya una definición exacta, la ciencia intentó develar de qué se trata. Algunos estudios diferenciaron el orgasmo masculino del femenino y según un informe de Clinical Anatomy para las mujeres, el clítoris sigue siendo el principal protagonista.
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Consultado por Infobae, Walter Ghedin, médico sexólogo, detalló otras maneras de experimentar el placer más allá de las convencionales.
Squirting:
Es una respuesta rara, un fenómeno recientemente estudiado del que se habla muy poco. Durante la eyaculación femenina algunas logran el clímax a segregando de manera involuntaria un líquido abundante proveniente de la uretra, el mismo ducto por donde pasa la orina desde la vejiga.
Durante el descanso:
Los sueños eróticos pueden ser fuente de una poderosa excitación que lleve a la mujer a masturbarse o a frotarse el clítoris con las sábanas. Por sí solo no dispara el orgasmo, necesita de la intervención del cuerpo que se mueve o toca la zona genital.
En la sexsomnia (parasomnia o sonambulismo sexual) la persona puede levantarse y frotarse los genitales con objetos, siendo totalmente inconsciente de lo que está sucediendo
Fuera de contexto:
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No se sabe bien el origen pero podría deberse a la activación de centros de la médula espinal que intervienen en la respuesta orgásmica. La sensación de placer es menor, sobre todo la mujer se preocupa por la presencia de estos orgasmos que no están asociados a actividades eróticas.
Durante la actividad física:
El ejercicio anaeróbico permite que llegue más sangre a la zona genital además de incrementar la dopamina y las endorfinas. Hay que tener en cuenta los estímulos visuales, la conexión con el propio cuerpo en estado de mayor flexibilidad y bienestar.
Múltiples:
La mujer no tiene período refractario (tiempo sin deseo después del orgasmo), siendo una características de los hombres, sobre todo en la adultez (los jóvenes puede seguir excitados luego de eyacular). Esta capacidad femenina no aparece en todas las mujeres aunque sea una potencialidad subyacente; se necesita de una excitación alta y buena relación con el propio cuerpo, sin inhibiciones ni pudores.