Durantes años, la imagen del hombre estuvo asociada a la de un macho viril siempre predispuesto a los encuentros eróticos, reclamando la poca ‘disponibilidad femenina’ a la hora del sexo. Sin embargo, ellos también manifiestan la falta de deseo.
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A este trastorno se lo conoce como ‘deseo sexual hipoactivo’. Consultado por Infobae, Walter Ghedin, médico sexólogo, desmenuzó este desorden que tiene una prevalencia entre el 1% a 5%, con una tendencia en ascenso en los últimos años. «Como su nombre lo indica, es la disminución del deseo sexual y de fantasías sexuales en forma persistente y recurrente. Es importante evaluar que no sea producto del abuso de sustancias o enfermedad médica.
La persona sin deseo (o inhibido) dice no sentir ganas de tener relaciones sexuales, ni actividad auto erótica, ni tampoco fantasías sexuales. «Puede ser que el deseo haya sido bajo durante toda la vida del sujeto o, lo que es más frecuente, que sea adquirido por diferentes factores orgánicos, psicológicos o combinados», destacó Guedin.
El especialista sostuvo que la pérdida del deseo puede ser continua o episódica: en algunos casos se hace presente cuando la persona tiene que hacer frente a compromisos y responsabilidades y se siente abrumada por la incertidumbre o la toma de decisiones.
Para Ghedin, hay una idea general del macho alfa siempre predispuesto a la acción y que el apetito sexual debe surgir espontáneamente. Esto puede ser cierto siendo un adolescente o un adulto joven, luego el deseo «reclama» una atención especial, sobre todo si la monotonía o las crisis invaden a la pareja.
Una de las primeras acciones que se toman ante la consulta es descartar el llamado déficit de testosterona del varón maduro, que manifiesta una serie de síntomas como, cansancio, pérdida de masa muscular, caída del cabello y falta de deseo.
A su vez, excluir el uso de fármacos, como antidepresivos, ansiolíticos, fibratos (para bajar los triglicéricos),o la asociación con enfermedades médicas: anemia, hipotiroidismo, insuficiencia renal, enfermedad de Addison, hipogonadismo, tumores hipofisarios (neurohipófisis), puntualizó Ghedin.
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Consejos del especialista para recuperar deseo perdido
- Técnicas que ayuden al contacto con el cuerpo propio y de la pareja
- Aumentar el tiempo y la calidad del juego previo
- Técnicas de relajación y de reconexión con el cuerpo (yoga, meditación, elongación, ejercicio aeróbico)
- Cambios en los hábitos de vida
- Recuperación de la intimidad
- Ayudar al paciente a cambiar la modalidad del encuentro erótico (toma de iniciativa, poses, lugares, lectura, películas eróticas, juguetes, uso de lubricantes)
Fuente: Infobae