La conexión entre el consumo de alcohol y las enfermedades oncológicas no es algo novedoso para la comunidad científica.
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El alcohol etílico está incluido en la lista de carcinógenos peligrosos del Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (IARC, por sus siglas en inglés).
Según los datos del centro, el consumo de alcohol está asociado con el desarrollo de al menos siete tipos de cáncer.
La causa de este impacto negativo de la bebida es que el etanol, una vez resulta en nuestro hígado, se convierte en una sustancia mucho más tóxica, el acetaldehído, que también figura en la lista de carcinógenos. Posteriormente debería ser procesado, pero si la cantidad de alcohol es grande, el tóxico se almacena en el cuerpo causando el surgimiento de tumores malignos.
Políticas de desinformación
Sin embargo, las mayores alianzas de la industria alcohólica recurren a diferentes estrategias para que la población no esté completamente informada sobre el vínculo entre la bebida y el cáncer.
Así lo expone el nuevo estudio de una de las más prestigiosas universidades médicas del Reino Unido, la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres (LSHTM, por sus siglas en inglés).
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Científicos han analizado los materiales divulgados por los organismos nacionales que defienden el así llamado ‘consumo del alcohol moderado’ y ‘responsable’.
En general, se trata de entidades de EE.UU., Canadá, Australia y otros países que a menudo están financiadas por grandes organizaciones vinculadas a fabricantes de bebidas alcohólicas.
Formalmente estas entidades son ejemplo del negocio socialmente responsable, pero, según los investigadores de Londres, lo que hacen en realidad es manipular la opinión pública en los intereses de la industria. Y estos son los métodos a los que recurren en sus políticas.
Estrategias malignas
En el foco de la investigación de los científicos londinenses hay cerca de tres decenas de estructuras. Entre las más grandes se encuentran la Alianza Internacional para el Consumo Responsable de Alcohol (IARD, por sus siglas en inglés), el proyecto ‘La sabiduría de la cerveza’ (‘Beer Whisdom’, en inglés) de la organización de Cerveceros de Europa (Brewers of Europe) y la organización estadounidense sin fines de lucro Fundación para el Avance de la Responsabilidad en el consumo del Alcohol (Foundation for Advancing Alcohol Responsibility).
En sus publicaciones estas entidades evaluaron los riesgos del desarrollo de enfermedades a causa del alcohol. Sin embargo, el peligro del cáncer no siempre fue reconocido.
El consumo ligero o moderado de alcohol no se asocia significativamente con un mayor riesgo de cáncer en hombres o mujeres», reza, por ejemplo, una publicación de la IARD.
Mientras la organización canadiense Educ’alcohol escribió que «No ha sido demostrada la relación causal entre el consumo de alcohol moderado y el cáncer de mama».
Sin embargo, ya en el año 2007 el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer reconoció que la enfermedad está vinculada con el consumo de alcohol.
Otra estrategia es afirmar que el riesgo de la aparición del cáncer existe siempre y cuando se consuman solo grandes cantidades de alcohol, como lo hizo, por ejemplo, la organización australiana Drinkwise.
Sin embargo, los autores londinenses destacan que el riesgo de cáncer aumenta incluso con el consumo de cantidades moderadas. Esta información fue confirmada también por el comité británico de carcinogenicidad de los productos químicos en los alimentos.
No solo los bebedores empedernidos
Algunas publicaciones simplemente no mencionaban el cáncer en la lista de las enfermedades causadas por el consumo regular del alcohol. Por ejemplo, en uno de los documentos la citada Educ’alcohol habló de las enfermedades cardiovasculares y la diabetes, pero ni una palabra del cáncer.
Otra tendencia es un cambio en el énfasis. La idea es subrayar que el alcohol es solo uno de los muchos aspectos asociados con el desarrollo del cáncer. Aquí varias de las citadas organizaciones incluso intentaban ‘echarle la culpa’ al tabaquismo.
Un buen ejemplo de esta estrategia lo demostró Drinkwise: «No todos los bebedores empedernidos enferman de cáncer, ya que múltiples factores de riesgo están involucrados en el desarrollo de la enfermedad, incluyendo la genética e herencia familiar, así como la edad y factores ambientales», reza un mensaje de la organización.
Los autores de la investigación sostienen que afirmaciones de este tipo confunden a las personas, distrayéndolas de la idea de que el alcohol representa un riesgo de cáncer en sí mismo, independientemente de otros factores.
Rápida respuesta
La Alianza Internacional para el Consumo Responsable de Alcohol reaccionó a la publicación del estudio con un rechazo contundente de las acusaciones.
Los representantes de la organización, que tiene su sede en Washington, afirmaron que creen «compartir el estado actual de la evidencia científica» y que están seguros de la información que publican sobre el consumo del alcohol y su influencia en la salud.
Mientras tanto, los autores de la polémica investigación no ceden en sus posiciones. Uno de los coautores del estudio, Mark Petticrew, comentó a Reuters que el trabajo es de alta importancia también debido a que las organizaciones analizadas a menudo están involucradas en la propagación de información sobre la salud a la población de todo el mundo.
RT