La organización de Miss América, consciente de los nuevos vientos que soplan, ha decidido reinventarse: a partir de este año, las concursantes no desfilarán en traje de baño y serán valoradas por su carácter y no por su físico.
En el próximo certamen, que se celebrará el 9 de septiembre, se sustituirá el tradicional desfile en bikini por un debate entre concursantes y jurado.