Los anuncios publicitarios de mediados del siglo XX no tenían empacho en demostrar su desprecio por las mujeres. Entonces no había otro rol para la mujer más que el de dueña de casa, constantemente preocupada de su esposo y sus hijos.
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Los anuncios publicitarios de mediados del siglo XX no tenían empacho en demostrar su desprecio por las mujeres. Entonces no había otro rol para la mujer más que el de dueña de casa, constantemente preocupada de su esposo y sus hijos.
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