La prensa internacional se hizo eco de una sorpresiva llamada telefónica que recibió el miércoles el Papa Francisco cuando se terminaba una audiencia con público en el Vaticano.
La audiencia se paralizó cuando ingresó uno de sus colaboradores para comunicarle algo y pasarle un teléfono móvil.
El sumo pontífice aprobó la llamada y empezó a hablar. La conversación duró pocos minutos y al Papa Francisco se le notó calmado y gesticulando con las manos. Todo esto sucedió al frente de las cámaras de los medios de comunicación.
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Este sería una acción que no se contempla en el protocolo, por lo que se habla de un gesto insólito en el vaticano. Al momento, ni el Papa ni la entidad católica ha publicado algún comunicado que explique la llamada que, evidentemente, no podía posponerse.
En la pantalla del teléfono se leía el nombre de monseñor Edgar Peña Parra, el sustituto a la Secretaría de Estado vaticana.
Luego de impartir la bendición, el Sumo Pontífice se apartó unos minutos del escenario para hablar con otro asistente, algo que tampoco es común durante este tipo de eventos. Finalmente, Francisco regresó y descendió la escalinata de mármol para mezclarse con la gente que quería estrecharle la mano o tomarse una foto con él.