Un ciudadano ecuatoriano compartió en su cuenta de Twitter que su amigo encontró un empaque de margarina que fue fabricado el 24 de diciembre de 1996, el mismo ha estado en el mar por más de 25 años y se mantiene intacto. El usuario hizo un llamado a las futuras generaciones para cuidar el planeta: Las reacciones en las redes no se hicieron esperar.
PUBLICIDAD
«Un amigo salió ayer 9-05-2021 a dar una vuelta en la playa, y se encontró con esta tarrina. Si le hacen zoom, le podrán ver la fecha de caducidad, para lo cual éste envase fue fabricado el 24-12-1996, con el precio en sucres. Lo cual implica que éste objeto ha estado en el mar un cuarto de siglo (25 años) y está casi intacto. Definitivamente debemos hacer conciencia compatriotas, a cerca del terrible daño que le estamos haciendo al planeta, tenemos que tratar de educar adecuadamente a las futuras generaciones», escribió el usuario JazzNutrition.
¡El precio está en sucres!
El empaque está casi intacto, se puede apreciar claramente la impresión de la fecha de elaboración, caducidad y el precio ajustado en sucres que era de 2.120, equivalente a casi 70 u 80 centavos de dólar. Recordemos que hace 27 años, el Ecuador todavía mantenía su moneda oficial en 1999 en el Gobierno de Jamil Mahuad debido a la peor crisis económica registrada en la historia. Y el sucre, la moneda ecuatoriana, se depreciaba por día. En solo una semana pasó de 7.000 sucres por dólar a 19.000.
En redes sociales indicaron que sino hubiese sido por los moluscos que tiene dentro del envase, era casi imposible de creer que una tarrina de plástico se pueda mantener intacta por tanto tiempo debajo del mar.
«Y todavía está integra. 500-1000 años… Nosotros en la #estacionD recogemos todas las semanas en alrededor 100 m2, 400-600 g de plásticas. Limpiamos y se acumula cada 7 días. Hay semanas (las de aguaje) que realmente hay mucho micro-plásticos. No es local, viene del mar», escribió otro usuario.
Se calcula que el plástico tarda entre 100 y 1.000 años en descomponerse, por lo que está considerado como un material de descomposición muy lento y a largo plazo. Una botella de plástico tarda hasta 500 años en desintegrarse, aunque si está enterrada este tiempo se prolonga aún más.