PUBLICIDAD
En Taiwán, solo 11 personas han muerto a causa del coronavirus desde que comenzó la pandemia y registra una de las tasas de COVID-19 per cápita más bajas del mundo. Nada mal cuando no se aplicaron confinamientos. La nación insular aplicó una fórmula que le garantizó el éxito y los aplausos por su impresionante gestión.
Al inicio de la pandemia, a Taiwán lo consideraban de alto riesgo por el COVID-19 debido a su cercanía con China y a los viajes recurrentes que realizan entre si. La isla está a 180 kilómetros al este de China y cuenta con más de 23 millones de habitantes.
Experiencia
Sin embargo, ello no representó un problema porque Taiwán se preparó de una mejor forma en esta pandemia tras su historial de SARS en 2003 la cual no se gestionó particularmente bien. Ese año fue duramente golpeado por el brote y cometió errores que le sirvieron de experiencia para disminuir al máximo los contagios del nuevo coronavirus. En la actualidad todo ha sido diferente..
Para esta ocasión, Taiwán decidió crear, el 20 de enero de 2020, un Mando Central de Epidemias (CECC). El objetivo es de controlar lo que en el continente aparecía sobre las epidemias e incluso coordinar la cooperación entre: El Gobierno, ministerios, agencias gubernamentales y empresas. Todo para lograr un trabajo conjunto.
Además, suspendió los vuelos con el continente y en marzo cerró sus fronteras.
Otro aspecto clave es que los ciudadanos de Taiwán han asimilado de forma responsable la magnitud de la pandemia y las medidas correctas de higiene, gracias a la forma en que las autoridades han manejado y transmitido la información a sus pobladores.
PUBLICIDAD
Estudio
Un nuevo estudio realizado por institutos de de salud y hospitales de Taiwán y Estados Unidos analizaron a fondo cuál ha sido la clave del éxito de Taiwán para combatir la pandemia. En el mismo compararon la eficacia de dos políticas básicas, aplicadas en los primeros meses de pandemia y son:
Medidas basadas en casos: En estas incluyó la detección de personas infectadas mediante pruebas, aislamiento de casos positivos, rastreo de contactos y cuarentena de 14 días de contactos cercanos.
Medidas basadas en la población: En estas se incorporó el uso de la mascarilla, cuidado personal y distanciamiento social.
Los resultados de estas medidas se cuantificaron por la estimación del número efectivo de reproducción lo que significa (número R).
¿Qué es el número R?
Según explica el sitio web de The Conversation, el número R es el número reproductivo de una enfermedad infecciosa. Este indica a cuánta gente puede contagiar una persona infectada. Entonces, dependiendo de los valores el resultado será el siguiente:
- Número R superior a 1 (uno): El virus seguirá propagándose y los brotes continuarán.
- Número R inferior a 1 (uno): El número de casos se reducirá.
Comparación de datos
Los Centros de Control de Enfermedades de Taiwán proporcionaron información a los expertos 158 casos confirmados mediante pruebas PCR, con fecha entre el 10 de enero y el 1 de junio de 2020. Los datos señalaban que se trataban de contagios locales e importados (de personas que entraron en Taiwán antes del 21 de marzo 2020).
Tras la recopilación de resultados, los investigadores compararon los resultados del R de Taiwán con el equivalente de China que era de 2,5.
La clave del éxito
Los expertos descubrieron dos aspectos que podían reducir el número R de 2,5 a 1,53: Las políticas basadas en casos por sí solas, el rastreo de contactos y la cuarentena. Pero la medida que más aportó a la reducción del número R fue el confinamiento.
Las medidas basadas en casos no pudieron prevenir mucho la transmisión de una persona a otra. Aunque sí se logró reducir la transmisión posterior a una tercera o cuarta persona, siempre y cuando esos contagiados se sometieran cuarentena.
Por otro lado, las medidas basadas en la población (distanciamiento social y mascarillas) redujeron el número R de 2,5 a 1,3.
Combinación = Éxito
El estudio concluyó que lo que llevó a Taiwán en la contención del COVID-19 fue la combinación de medidas basadas en casos y en la población.
Cuando se aplicaron dichas fórmulas en conjunto se logró un número R de 0,82 e incluso de un 0,62.
Hay que tomar en cuenta que la eficacia de las referidas medidas no hubiesen sido suficientes para la contención del virus sin un sistema de salud eficaz y un sofisticado sistema de rastreo de contactos.
Los autores del estudio reconocen que, aunque Taiwán tiene capacidad para controlar posibles ingresos de nuevos casos por el control fronterizos, reconocen que las conclusiones de la investigación pueden no ser totalmente aplicables en otros países.
Pues las medidas de salud pública que hemos aplicado en el mundo, de forma consistente, pese a los distinto grados de temporalidad y rigor han sido necesarias.
Por tanto, el rastreo de contactos no puede ser posible cuando el sistema de salud pública de un país está desbordado. Nunca sucedió en Taiwán.
A medida que avanza la vacunación en el mundo, algunos procesos rápidos y otros muy lentos, los países tienen material para aprender de Taiwán y lograr evitar que se intensifique la situación de la pandemia.