Callie Rogers tenía 16 años cuando ganó la la lotería de Gran Bretaña. La joven se llevó el premio mayor, pero lamentablemente no supo manejar esa cantidad de dinero.
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Llevarse un premio de mucho dinero no solo significa un golpe de suerte, sino una gran responsabilidad para poder manejar una gran cantidad de dinero y hacerlo crecer. Si no se tiene mucha experiencia de este tipo, puedes perderlo todo.
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Rogers después de 18 años vive una pesadilla porque se ha visto obligada a mendigar en las calles en los últimos años.
La ganadora de lotería más joven
Hace 18 años en el 2003, Callie trabajaba de camarera y vivía con sus padres adoptivos en Cumbria, Inglaterra. Su empleo la hacía ganar 5 dólares la hora pero fue hasta que un día decidió comprar un boleto de lotería, que su suerte cambió.
Callie se convirtió en la ganadora más joven de este premio y se llevó a casa 1,8 millones de libras esterlinas (unos 2.500.000 de dólares). Con tosa esa euforia no buscó ayuda profesional y repartió más de una cuarta parte de su fortuna entre amigos y familiares.
La joven gastó 420 mil dólares en ropa de lujo, por lo que en cuestión de días solo le quedaba medio premio. En esa época conoció a Nicky Lawson, con quien empezaría una relación amorosa y juntos se convirtieron en padres de dos niños, pero después de cinco años se separaron.
Esa ruptura afectó a Rogers, quien cayó en una profunda depresión que se tradujo en un intento de quitarse la vida. Aquella conducta errática fue suficiente para que un juez le quitara la custodia de sus hijos y se la otorgara a Lawson.
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Lotería gastada en problemas
Callie tenía problemas de confianza, por lo que decidió gastar casi 24 mil dólares en operaciones de cirugía estética que, según ella, le ayudarían a recuperar la seguridad en sí misma. Sin embargo, aquello realmente no contribuyó mucho, pues su vida se mantuvo en decadencia.
Según los diarios locales, habría recibido una paliza a la salida de un bar y se habría gastado 360 mil dólares en drogas; pero Rogers negó estas acusaciones.
Otro escándalo que protagonizó fue un accidente de tráfico, del que intentó huir con su pareja. La policía logró atraparlos momentos después y se reveló por las pruebas de estupefacientes, que ella dio positivo en varias sustancias.
El permiso de conducir de Rogers fue suspendido por casi dos años (22 meses), tendría que llevar un identificador electrónico por 11 meses y pagar una gran multa, lo que acabó con su fortuna.
Hoy, Callie Rogers subsiste con la ayuda del Gobierno a través del Universal Credit, una ayuda especial a todos los británicos sin trabajo o cuyos ingresos son muy bajos.