El momento que una monja católica enfrentó a un grupo de policías para salvar la vida de manifestantes fue captada por una cámara y ha conmocionado al mundo. La hermana Ann Rose Un Tawng rogó a los uniformados que abandonaran el recinto cercano a la Iglesia.
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<em>«No me levantaré hasta que se vayan»</em>
Su imagen y gesto se ha convertido en un símbolo de unidad. «Si realmente necesitan matar, mejor dispárenme a mí, por favor, daré mi vida», le dijo la monja a las fuerzas de seguridad.
Debido al gesto de la monja, dos de los policías presentes también se arrodillaron y colocaron sus manos en posición de oración. Sin embargo, ellos aclararon que también tiene un deber por cumplir.
La imagen se viraliza a pesar de los intentos de Myanmar de silenciar la cobertura informativa de la represión y las protestas por el golpe de Estados efectuado el pasado 01 de febrero.
Al menos 54 personas han muertos en los enfrentamientos. Los manifestantes piden el fin del régimen militar y la liberación de los líderes gubernamentales electos del país, incluida Aung San Suu Kyi.
La monja, en una entrevista con la BBC, informó que su actuar respondió al peligro que corrían decenas de niños que estaban atrapados en este recinto religioso. «Entonces los niños se juntaron a mi alrededor, tenían hambre, sed y miedo, y no se atrevieron a irse a casa», agregó.
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«Se sentía como si el mundo hubiera estado derrumbándose, había tanto ruido de disparos que tuve que correr hacia la iglesia», le dijo a la BBC.
«Le estaba gritando a la gente que se agachara, pero nadie podía oírme en ese momento».
Ann Rose, durante la jornada de violencia del lunes, palpó lo que quería evitar: la muerte de una persona. Una joven recibió un disparo en el cráneo.
«Me ardían los ojos, todos nos sentíamos acalorados y mareados. Logramos cargar el cuerpo, pero todos los niños a nuestro alrededor lloraban», recordó.
«Todos sufrimos mucho».