El Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de Libertad (SNAI) informó que se continúa realizando el levantamiento de información en los centros penitenciarios. Además, se registro el aumento de decesos en 13 privados de la libertad, de los cuales 6 son de la cárcel Nº 1 y 7 de la Nº4 del Guayas.
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Sin embargo, las cifras podrían seguir en aumento ya que durante la noche de este martes ambulancias seguían entrando a las prisiones a retirar heridos y fallecidos. Este panorama fue más evidente en el centro penitenciario de Guayaquil, según constató EFE.
En una rueda de prensa en Quito, el jefe de prisiones, Edmundo Moncayo, atribuyó los motines a rencillas entre al menos dos bandas criminales que se disputan el control de las prisiones, lo que obedece probablemente al vacío que se generó tras el asesinato en diciembre pasado de un reo que había sido liberado, José Luis Zambrano, alias «Rasquiña».
Presunto cabecilla de una temida organización conocida como «Los choneros», «Rasquiña» fue asesinado en la ciudad costera de Manta, lo que habría despertado la ambición asumir el poder de otras bandas criminales dentro de las penitenciarías.
«Esperábamos una reacción inmediata pero la reacción ha demorado y es la que se ha producido el día de hoy entre dos grupos tratando de encontrar un liderazgo delictivo», explicó Moncayo.
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La reyerta se produjo de forma paralela en los tres centros carcelarios, que concentran, según el funcionario, «el 70 %» de la población penitenciaria de todo el país, donde hay alrededor de 60 prisiones.
En redes sociales se visualizó cómo operó el Grupo de Operaciones Especiales (GOE) para controlar la situación en tres de las cárceles más grandes del país. A pesar de los enfrentamientos, en primera instancia, los reos poco a pco comenzaron regresar a sus celdas.
El periodista Jonathan Carrera publicó varias grabaciones donde se observa la fuerza progresiva que usan los uniformados para controlar estos hechos. Aunque, varios privados de la libertad usaron armas artesanales, de fuego y otras herramientas para frenar el continente policial.
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