Vendedores de botellas de agua, jugo de coco y alimentos como empanadas y pasteles esperan en las esquinas de los recintos electorales de Guayaquil para ofrecer los productos a la ciudadanía.
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Por la pandemia está prohibido el comercio informal, que siempre ha sido habitual en los procesos electorales. Sin embargo, los votantes que salían de la escuela Brisas del Río, en la Cdla. Acuarela del Río, norte de Guayaquil, caminaban hasta una de las esquinas del centro de estudios para comprar jugo de coco.
«Desde 0,50 centavos el vaso», decía el vendedor. Cuando le preguntamos por qué decidió salir pese a la orden de que el comercio informal está prohibido durante las elecciones, dijo que lo hizo por necesidad.
«¿De dónde voy a sacar dinero para llevar la comida a casa hoy? Un día que no venda es motivo de que no coma», mencionó Carlos García.
Quienes venden agua aromática con sánduches también se motivaron a visitar los recintos electorales.
«A $1 el vaso de agua de hierba Luisa con sanduche mixto, de queso y jamón», gritaba Dany Timpa por las inmediaciones del Registro Civil Municipal.
«Nosotros vivimos del día. El día en que no trabajamos no comemos», comentó el evendedor Dany Timpa.
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Para controlar el comercio informal este día, 320 agentes metropolitanos estaban repartidos en los 4 circunscripciones de Guayaquil, en los exteriores de los recintos electorales.
No obstante, entre las quejas que la ciudadanía ha expresado por redes sociales también se señala a los vendedores ambulantes.