Juan Fernando Velasco, reconocido en el país por su trayectoria musical, aceptó la candidatura a la Presidencia por el Movimiento Construye Ecuador, con el anhelo de solucionar los problemas estructurales del país y generar un cambio profundo que derive en oportunidades, equidad, justicia social y empleo bien remunerado.
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A su modo de ver, la gente está cansada de los políticos de siempre, y comparte el afán de muchos ecuatorianos, el de contar con perfiles nuevos que aporten y busquen soluciones a la problemática del país. Su fuerte, pensar en la educación como la base y la búsqueda de respuestas.
¿Cómo describe su candidatura y la de su binomio?
Lo que hemos planteado desde el comienzo es una alternativa diferentes a los políticos tradicionales. Hemos podido percibir que la gente está cansada de esa forma de hacer política; es tanta la desesperanza, la desidia y desconfianza que ni siquiera están interesados en las elecciones pese a que es un momento en que deberíamos estar preocupados de ello.
Con cerca de un 50% de indecisos, nosotros queremos ser esa opción diferente, que no ha estado antes en temas electorales. Si bien yo tengo un paso por el Ministerio de Cultura, ha sido breve, no como otros políticos que ya están 10 o más años. Incluso, otros hablan de volver a un modelo que probó ser nefasto, en términos de corrupción, de manejo económico, de relaciones internacionales, que despilfarró la mayor bonanza petrolera de la historia de nuestro país.
Esa es la motivación por la cual Ana María Pesantes y yo tomamos el desafío de lanzar la candidatura, sabiendo que para ser candidato la gente debe conocerte. Mi carta de presentación es la transparencia y honestidad de una vida entera trabajando, no es que yo haya dejado de ser músico, sino que hice una pausa que no sé si dure hasta este domingo, o hasta abril o hasta mayo de 2025, después de lo cual volveré a mis actividades.
De su plan de Gobierno, ¿qué aspectos se cumplirán de forma inmediata en caso de ser proclamado como Presidente?
Lo prioritario es lograr la vacunación masiva. Cerca del 75% de la población debe haber logrado esta inmunidad para reabrir nuestra economía de manera pujante y salir de esta triple crisis en la que estamos. No hay nada más importante que lograr ejecutar ese plan de vacunación oportuno y transparente, donde el gobierno actual tiene una gran responsabilidad, no puede esperar que el próximo gobierno se haga cargo.
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¿Cuál es el principal problema del país y qué solución concreta persigue?
Hablando de temas estructurales, creo que lo fundamental pasa por lograr una educación de calidad, que enseñe a nuestros niños y jóvenes a pensar críticamente, más que a memorizar. La información está disponible siempre, pero qué hacer con ella es lo que se debe aprender, no solamente en la escuela, sino a lo largo de la vida y en las diferentes estancias. Creo que ese es el gran problema de nuestro país.
De ahí, la corrupción es otro de los grandes males y el cual también va ligado a la educación y a la sociedad entera. No es que los corruptos son los políticos solamente, sino que están en todos lados, en la persona que se salta la fila, el que quiere lograr las cosas más rápidas que el resto, el que quiere estar por encima de la ley, etc. En ese sentido es fundamental de manera implacable luchar contra la corrupción, acabando con la impunidad que tanto daño nos hace como país.
¿Cuál es el enfoque de su campaña electoral y cómo avanza la difusión de su plan?
Nuestra campaña ha sido muy austera, con pocos recursos, pero hemos utilizado redes sociales, no con la contundencia que requiere este tipo de campañas. Nos ha faltado mucho material gráfico que nos permita la masificación del mensaje, pero la fortaleza que tenemos es el conocimiento y el cariño que la gente me tiene por mi música y mi trayectoria, por haber sido parte durante 30 años del quehacer de los ecuatorianos. Lo que hemos logrado es tener esta posibilidad de encuentros muy masivos, dentro de las restricciones de la pandemia, con caminatas, caravanas, en varios puntos del país, donde la gente se iba adhiriendo de manera muy espontánea en la búsqueda de algo distinto.
Converso con la gente y recibo el sentir de querer alguien nuevo, alguien fresco, que no ofrezca algo que ya lo han hecho antes y no nos han cumplido.
Un último mensaje para los ciudadanos
Este 7 de febrero nos jugamos el futuro de nuestro país, no solo de los cuatro años del próximo gobierno, sino de los próximos 20 años probablemente. Creo que se cierne la sombra del totalitarismo que amenaza con convertirnos en un país que nadie quiere, y que fruto de la desesperación y de la crisis, esperamos que no se vuelva eso en una decisión que después nos pese.
Hay que votar por gente nueva, por rostros y propuestas que uno pueda creer, porque todas suenan bien, algunas dudosas cuando ofrecen dinero, por ejemplo, pero votar por quien a uno le de confianza y esa tranquilidad de que va a hacer las cosas bien y que generará oportunidades con tanta riqueza que tenemos a nuestro alrededor es lo que anhelamos.