Esta inusual historia se ha vuelto viral en las redes sociales. Russel Jones gastó casi $300 libras ( cerca de 410.19 USD) para poder curar la dolencia en la pata de su perro «Bill», porque no paraba de cojear. Esto sucedió en Inglaterra, incluso el dueño le medicó con pastillas y le llevó a consultas para realizarse radiografías.
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Sin embargo, el dueño de 53 años se llevó una gran sorpresa porque los veterinarios le dijeron que su mascota no tenía ninguna dolencia y tampoco una enfermedad.
En ese momento, Russel se dio cuenta que la cojera del perro debía a que lo imitada, porque él sí estuvo con yeso unas semanas tras una ruptura en su pierna. Jones tuvo un accidente y se lastimó el tobillo mientras realizaba su trabajo como limpiador de ventanas, tuvo un yeso por 7 semanas.
El dueño feliz porque su perro está completamente sano escribió en Facebook: “Me costó 300 libras en honorarios veterinarios y radiografías, nada malo solo simpatía. Lo amo.”
Según reveló el medio inglés Mail Online, que dio a conocer el caso, existen evidencias que los perros imitan a sus dueños.
“En 2011, científicos de la Universidad de Viena proporcionaron la primera evidencia de ‘imitación automática’ en perros y descubrieron que los caninos imitarán a sus dueños incluso cuando no sea lo mejor para ellos”.