Una familia de Texas (EE.UU.) que no tenía olfato por los efectos del coronavirus, se salvó de milagro de un voraz incendio en su casa, gracias a una de las hijas, de 17 años, que no estaba infectada y percibió el humo, informan medios locales.
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El incendio se produjo la noche del pasado viernes en una casa de la ciudad de Waco, cuando todos dormían. Tres miembros de la familia que padecían coronavirus y no tenían olfato no pudieron percibir el humo y siguieron durmiendo. La que sí sintió olor a plástico quemado fue Bianca Rivera, que no estaba infectada.
La joven alertó a su familia y abrió una puerta trasera para que pudieran abandonar el inmueble. Los cuatro perros que vivían en la casa también resultaron ilesos.
«Comencé a oler plástico quemado, y fue entonces cuando me puse más alerta y salí corriendo de mi habitación», dijo Rivera a la estación. «Ni siquiera podía pasar el pasillo porque estaba lleno de mucho humo».
«Honestamente solo protegía a mi familia y trataba de salvarla, no me importaba si me iba a lastimar o me iba a quemar, solo me importaba sacarlos sanos y salvos», contó Bianca.
Los miembros de la familia escaparon con vida, pero no pudieron salvar mucho más. La Cruz Roja y otros familiares están ayudando a la familia a recuperarse del COVID-19 y una casa destruida.
Hasta el 80% de los pacientes con COVID-19 experimentan pérdida del olfato y los investigadores de la Escuela de Medicina de Harvard dijeron en agosto de 2020 que creen haber encontrado la razón.
El coronavirus infecta las células olfativas que se encuentran en la cavidad nasal, que sostienen las neuronas sensoriales que nos permiten oler, no las neuronas en sí mismas, dijeron los investigadores. No se cree que la afección conocida como anosmia sea permanente, pero puede durar mucho después de que el virus haya pasado.