El sábado 19 de diciembre, el primer ministro Boris Johnson, anunció nuevas restricciones ante la expansión de una nueva variante de coronavirus. La mutación parece ser más contagiosa, aunque no sea más letal; la noticia provocó caos en esta nación.
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Ante esta nueva variante, varios países han ordenado la cancelación de vuelos a Reino Unido y procedentes del mismo. De igual manera, países como Francia ordenaron el cierre de su frontera durante 48 horas, lo cual desembocó en una aglomeración de camiones en el puerto Dover.
Es así que se han registrado filas de camiones que se extienden por kilómetros en las carreteras y autopistas de la región inglesa de Kent. El número de automotores llega a tal magnitud que tramos de vías parecen aparcamientos improvisados.
Suministro de alimentos
En las próximas horas Francia podría restablecer el tráfico haciendo que los camioneros se sometan a prueba del coronavirus antes de cruzar la frontera. Por su parte, transportistas del país galo no quieren arriesgarse a viajar a Reino Unido por temor a quedarse atrapados en esta nación.
Este freno en el transporte ha creado el temor del desabastecimiento de productos en tiendas y supermercados en los días previos a Navidad. Sin embargo, las autoridades realizaron un llamado para que eviten compras de pánico.
Por su parte, Sainsbury’s (segunda cadena de supermercados del Reino Unido) advirtió que podría haber escasez «de lechugas, otras ensaladas, coliflores, brócoli y cítricos en los próximos días».
Medidas en Reino Unido
Jonhson aclaró que la gente que vive en Londres, el este y el sudeste de Inglaterra deberán quedarse en su propia casa para la Navidad. En todo el resto del país, las reglas que permiten que se reúnan hasta tres hogares se limitarán solo al día de esta festividad.