El Gobierno de Dinamarca decidió el miércoles 4 de noviembre sacrificar a todos los visones del país, después de encontrar una mutación del coronavirus que se transmitió a seres humanos y puede influir negativamente en el desarrollo de la nueva vacuna.
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«Es necesario matar a todos los visones de Dinamarca», dijo la primera ministra danesa, Mette Frederiksen, en una rueda de prensa que ha tenido que celebrarse de manera virtual porque se encuentra aislada por un brote de la Covid-19 surgido en su Gobierno.
En el norte de Dinamarca, 12 personas infectadas de coronavirus procedente de los visones, que ha mutado de tal forma que los pacientes ya no generan anticuerpos. Así, la vacuna planificada se debilita o, directamente, no hace efecto en estas personas.
Esta mutación no agrava las complicaciones causadas por el COVID-19, pero actúa sobre los anticuerpos, restándoles eficacia, lo que añade un problema para el desarrollo de la vacuna, ha reiterado el ministro de Salud danés, Magnus Heunicke, asegurando que se trata de «una amenaza para el desarrollo de vacunas». «Por eso es importante que hagamos un esfuerzo nacional», ha pedido.
La Administración de Alimentos y Veterinaria de Dinamarca ha registrado 270 granjas de visones con coronavirus, mientras que se sospecha que otras 23 están afectadas.
«El coronavirus ha demostrado una vez más lo grave que puede ser una enfermedad», ha trasladado la primera ministra, que ha señalado que Dinamarca debe afrontar la situación «con acciones».
Las Fuerzas Armadas, la Guardia Nacional y la Agencia Danesa de Manejo de Emergencias ayudarán en la eliminación de los visones, según ha informado el diario danés ‘Jyllands-Posten’.
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En Dinamarca hay alrededor de 17 millones de visones.
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