Vikingos demostró que la historia de la edad media, batallas sangrientas, mitología y personajes bien desarrollados es la clave para ser un éxito. A pesar de no ser una serie original de Netflix, desde su llegada a esta cadena de streaming su éxito repuntó. Ahora, la plataforma nos trae una historia similar: Bárbaros.
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Bárbaros nos lleva siglos antes de la historia nórdica, nos ubica 9 A.C. En esta época se alza el mayor imperio conocido por el hombre, Roma. En apenas ocho capítulos se resume como los germánicos pelean contra las legiones romanas debido a los inescrupulosos tributos que deben pagar.
Lo que parece una copia de Vikingos, termina siendo una producción que atrapa, envuelve, enseña e insta a aprender sobre estos hechos que marcaron la historia de la humanidad. Las rivalidades amorosas, violencia, venganza personales y pugnas territoriales abundan en cada episodio de un aproximado de 50 minutos.
A pesar que la batalla entre Bárbaros (denominación de los romanos a todo pueblo que no pertenezca a su imperio) y Roma fue extenso y tuvo varios personajes, la serie se centra en la aldea de los Queruscos. Aquí, tres amigos de infancia se vuelven a encontrarse con el único destino de venganza y muerte.
Si bien Bárbaros no cuenta con el despliegue de producción de la ficción de HBO o Metro-Goldwyn-Mayer, sí tiene a su favor un guion interesante y bien construido. Este se ocupa de los detalles de las batallas y enfrentamientos sin descuidar el costado emotivo de su relato.
Hablada en alemán y latín, la ficción cuenta además con un sólido elenco en el que se destacan especialmente Rupp, Goursaud y Schütter. La serie ha sido la gran novedad de Netflix e invita que estas narrativas se sigan desarrollando en otras producciones con actores poco conocidos.