Quienes viven o han vivido en el sur de Quito han experimentado mayores días de lluvia que en otro sector de la ciudad. Y es que la distribución de los episodios de lluvia han registrado esta realidad.
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Por ejemplo, en un análisis realizado por Pierre Pourrut e Ivlin Leiva, titulado «Las lluvias de Quito», se contabiliza la diferencia de lluvias en norte, centro y sur de la urbe.
«En cuanto a las lluvias diarias (con un total recogido mayor a 0,1 mm), su número anual varía también de Norte a Sur: 160 días de lluvia en Cotocollao; 190 en El Ejido; y 220 en lzobamba, sur de Quito», indica el documento.
La causa de la lluvia por sectores guarda relación con el volcán Pichincha. «Es así como, frente al ingreso de las masas de aire procedentes del sur-oeste, el Pichincha se eleva como una pantalla que protege la parte septentrional de la ciudad (parroquias de Carcelén y Condado), traduciéndose su influencia en una disminución importante de las lluvias», señalan.
Sin embargo, en el rol de la lluvia en la ciudad también juegan las condiciones topográficas. Éstas pueden generar aguaceros muy localizados, las cuales dependen también de la procedencia de las nubes, la dirección de los vientos, entre otros factores.
«Aunque parezca contradictorio, es indudable que en aquella heterogeneidad pluviométrica radica uno de los encantos de la ciudad: su luz tornasolada tan especial y, por qué no decirlo, hasta cierto punto uno puede escoger, entre Norte y Sur, el clima que mas le conviene», indica el citado análisis.
