Margarita González, de 57 años, es habitante de la parroquia Chongón. Recuerda que aunque su niñez -gracias al amor de su familia fue estable- siempre estuvo rodeada de necesidades en su sector.
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“Yo nací aquí. Mi Chongón era una parroquia abandonada, era impensable que nosotros podamos tener agua potable. Pero hoy gracias a los trabajos de la Alcaldía y la Autoridad Aeroportuaria de Guayaquil tenemos agua potable. Ya no vivimos en esa insalubridad de antes, cuando no podíamos ni cocinar con tranquilidad”, comparte.
En la parroquia urbana de Chongón está ubicada una de las plantas de tratamiento de aguas residuales, entregada en diciembre del 2019. Actualmente beneficia a 17 mil personas.
OBRAS HECHAS VÍA A LA COSTA
En total, más de 40 mil familias habitantes de parroquias ubicadas en vía a la Costa cuentan hoy con más de 30 km. de calles pavimentadas, 7 plantas de tratamiento de aguas residuales, una planta de agua potable, más de 1.000 conexiones domiciliarias para agua potable y otras obras como iglesias, parques y canchas.
Estas obras son parte del compromiso asumido por la Alcaldía y ejecutado por Autoridad Aeroportuaria de Guayaquil.
Desde 24 de Mayo y Puerto Rico, pasando por Chongón y Daular hasta Cerecita y Progreso los guayaquileños viven un cambio en sus vidas en este Bicentenario y tendrán un futuro lleno de esperanza.
Con ese criterio comparte doña Sonia Chávez, quien lleva 50 años habitando en el recinto Cerecita y actualmente es una de las dirigentes del Comité Comunitario.
Doña Sonia recuerda como en décadas pasadas, cuando no contaban con alcantarillado, sufrían las inundaciones en la época lluviosa.
“Para llevar a la escuela a los niños teníamos que ponerles botas. Vivíamos con enfermedades gastrointestinales porque no teníamos agua potable, pero hoy vemos con nuestros ojos los grandes cambios”, comparte.
El Barrio Lindo de Cerecita es muestra palpable del trabajo que ejecuta la Autoridad Aeroportuaria de Guayaquil en las parroquias y comunas.
Cerecita cuenta con alcantarillado, calles regeneradas y agua potable al cien por ciento. Para las familias contar con el líquido vital es trascendental por su desarrollo personal y de la comunidad.
Y las obras de regeneración les cambian la vida, porque les proporcionan mayor seguridad y comodidad.
Un ejemplo de ello es el recinto San Isidro de la parroquia Progreso. El presidente del Comité Comunitario, Ricardo Roberto Quimí, cuenta que hace algunos años solo 160 familias de San Isidro podían usar una pileta comunitaria para proveerse de agua.
“Sufrimos mucho para salir adelante, pero fuimos escuchados por la Alcaldía de Guayaquil. Hoy más de 2.000 familias de San Isidro contamos con las conexiones directas de agua potable. Ya no tenemos inundaciones. Estamos muy agradecidos”, dice don Ricardo.
PLANTAS DE TRATAMIENTO DE AGUAS RESIDUALES
La parroquia Progreso cuenta con una planta de tratamiento de aguas residuales, que fue entregada en octubre 2017, beneficiando actualmente a 5.000 habitantes, pero se proyecta que dentro de 25 años los beneficiados sean 10.000 habitantes de esta parroquia, que también cuenta con el 90% de alcantarillado.
Cerecita es otra de las comunas de Guayaquil que cuenta con una planta de aguas residuales, que beneficia actualmente a 4.200 personas, en el largo plazo serán beneficiadas 8.000 más.
Otra planta de tratamiento está ubicada en 24 de Mayo. Los 1.700 habitantes de esta parroquia también cuenta con obras de sistema de alcantarillado sanitario, construcción de calles, aceras y bordillos y sistema de aguas lluvias. Todos los trabajos 100% terminados.
Los beneficios de estas obras están directamente relacionados con la calidad de vida de las familias, mejoran la salubridad de los moradores y crean plazas de trabajo para reactivar la economía local.