A Alex Aguinaga, mítico del fútbol ecuatoriano, no le gustaría estar en este momento en los zapatos del seleccionador Gustavo Alfaro quien, en apenas tres días, deberá decidir el equipo que el 8 de octubre se enfrente con Argentina en el primer compromiso por la clasificación para el Mundial de Catar.
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«La tiene muy complicada porque no conoce el medio ni a los jugadores», dijo el excentrocampista en una entrevista con Efe desde México, donde reside y trabaja como comentarista deportivo.
Retirado del fútbol activo desde 2016, a Aguinaga le faltan las palabras para describir las dificultades que afronta el nuevo entrenador de la selección de Ecuador, una entidad de la que fue parte entre 1987 y 2004.
«Alfaro no tiene la culpa de nada. A la final, él no tiene vela en este entierro», expresó ‘el Maestro’, también conocido como ‘el Güero’, al comentar la delicada situación institucional del fútbol nacional en los últimos años, que ha afectado los resultados deportivos.
Contratado hace apenas un mes, tras romperse el contrato de la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF) con el equipo técnico formado por Antonio Cordón y Jordi Cruyff, Alfaro aún no ha podido siquiera concentrar a sus jugadores, con los que compartirá tres días escasos antes del partido contra Argentina, más uno de concentración y otro de viaje.
«Gustavo va conociendo al grupo, tenía que haber dado la lista el 18 o 19 de septiembre, pero pidió más tiempo, hasta el 30 (finalmente está previsto que lo haga hoy sábado). Es lógico porque no los conoce», refirió quien ostenta uno de los récords nacionales de partidos con la Tri, 109.
Esta situación hacía titubear a Aguinaga sobre quiénes podían formar parte en este momento de un once inicial, o siquiera de todo el combinado.
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Mencionó entre los probables convocados a Cristian Novoa (PFC Sochi), Angel Mena (León), Pervis Estupiñán (Villarreal), Jhegson Méndez (Orlando City), José Cifuentes (Los Angeles) y Alan Franco (Mineiro).
También se refirió a la evolución y el desempeño de la selección en sus primeros compromisos este año, frente a Argentina y Uruguay.
«Lo que me preocupa mucho es que nos goleen porque, aunque hay buenos jugadores, arrancar así una eliminatoria con un nuevo técnico, nuevas ideas, sería un golpe muy doloroso para cualquier seleccionado», valoró quien fue jugador durante trece temporadas del Nexaca mexicano, cinco del Deportivo Quito (su primer hogar) y una de Liga de Quito. También jugó unos meses en Cruz Azul.
La salida del cuadro quiteño en 2005 fue «dolorosa» recordó Aguinaga, quien entre 2011 y 2016 se desempeñó como entrenador, pero que después cambió a la profesión de comentarista porque no encontró «un proyecto en el que sienta que pueda ser útil».
Agregó que si la selección llegara a perder de forma abultada, «empezarían las críticas muy fuertes» contra el técnico y contra los jugadores, que serían injustas porque «lo que vemos es todo un desorden anterior».
«Hay que ser optimistas porque aún no se ha jugado y tenemos jugadores con capacidad de hacer daño y a un técnico que conoce bien a Argentina, pero en caso de perder que sea por un resultado normal para que ni los jugadores ni la gente se desmotiven y el técnico siga teniendo fe en los jugadores», destacó.
Sin ofrecer un posible resultado («más vale ser historiador que profeta, a estos nunca les va bien») insistió en que «no va a ser fácil arrancar con Argentina después de esta para, de este cambio de entrenadores y de esta locura que se ha vivido en el fútbol ecuatoriano» en los últimos cuatro años.
A su juicio, la crisis del fútbol nacional comenzó mucho antes de la pandemia, cuando Luis Chiriboga salió como presidente de la FEF por el FifaGate, y entró Carlos Villacís que «quiso imponer su estilo y manejarlo a su manera», sin realmente «comprender» las sensibilidades de los jugadores.
El proceso se llevó por delante a la selección, que cayó en la clasificación para el Mundial de Rusia en 2018 tras un inicio promisorio, y se vio después lastrada por una rebelión interna para destituir este 2020, al actual presidente Francisco Egas, y la consecuente telenovela en torno al proyecto Cordón-Cruyff.
«Ha sido un va y viene de acuerdo a los vientos, a las decisiones», describió Aguinaga al aludir a la situación en las altas esferas institucionales de la Tri.
«Ahora le va a tocar muy complicado a Gustavo y es entendible», reiteró sobre una situación que ha dejado sin «un norte claro» al equipo.
«Entiendo las situaciones y que hay demasiado poder y mucha política dentro de la Federación pero esperemos que para el partido contra Argentina hablemos nada más de fútbol», concluyó. EFE